Pamplona
Enrique Reche rescata la vida y pinta el alma de lo más cercano
El universal artista expone, a partir de mañana en Valladolid, su obra en los talleres de Antonio López
La Sala Municipal del Teatro Calderón de Valladolid acoge hasta el próximo 8 de diciembre, una sugerente exposición del pintor vallisoletano Enrique Reche, en la que rescata la vida y pinta el alma de lo cercano.
La Sala Municipal del Teatro Calderón de Valladolid acoge desde mañana, y hasta el próximo 8 de diciembre, una sugerente exposición del pintor vallisoletano Enrique Reche, en la que rescata la vida y pinta el alma de lo cercano. En ella podrán verse cerca de medio centenar de obras hiperrealistas, entre dibujos a lápiz y pinturas e incluso un óleo sobre arcilla de un chuletón, que el universal artista ha realizado en los últimos tres años en los numerosos encuentros y talleres en los que ha participado en Pamplona, Ávila, Albacete o Almería, con el pintor manchego Antonio López, considerado el sucesor de Velázquez.
Bodegones formados por legumbres, calabazas, tarros de cebolletas en vinagre, granadas partidas a la mitad, dejando entrever un interior ensangrentado, huesos, cabezas de cordero, vísceras y trozos de carne envasados al vacío o una merluza degollada, son algunas de las obras, muchas de ellas de una gran dureza, en las que Reche ve la muerte y la resignación animal y vegetal frente a su destino, que no es otro que su sacrificio para que el ser humano sobreviva. Pero unas obras a las que el artista sabe extraer la belleza de lo cotidiano. «Un filete no es solo un trozo de carne que se come y que tiene un precio en el mercado, sino que detrás está el sacrificio de un ser vivo anónimo que da su vida para que nosotros nos alimentemos», señala a LA RAZÓN Enrique Reche, que deja claro que su trabajo no es una manifestación animalista ni vegetariana, y que sólo trata de hacer pensar a la gente y concienciar de lo que se esconde detrás de cada producto que el hombre se come.
Otras de sus obras son una cabeza de ternera ensangrentada y sujeta con alambres, que hace más dura si cabe la imagen, o un hueso de jamón al que apenas le queda ya nada que cortar, con la que el artista quiere mostrar el «ansia viva» de exprimir al máximo la pieza. Una muestra que invita a reflexionar y en la que hay también dos desnudos femeninos y una serie de piedras y rocas, sorprendidas también en su inquietante desnudez.
Llevar la pintura al límite
De su paso por los talleres del maestro Antonio López, Reche asegura que de él se aprende cada día y no sólo de pintura. «Hablar con Antonio es todo enseñanza de la vida», señala, mientras explica que de sus encuentros con él ha descubierto que hay llevar los cuadros hasta el límite y no darlos nunca por terminados hasta que no se puedan sacar y extraer más de ellos.
De cara al futuro, Enrique Reche reconoce que no corren tiempos para realizar numerosas exposiciones por el descenso de las ventas, y avanza que está trabajando en varios encargos, uno de ellos un retrato del Rey Felipe VI que le han encargado desde el Ejército para que luzca en la sede de Capitanía en Valladolid.
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