Valladolid

Gerardo Correas: «El protocolo es algo más que cortesía; es un arma de comunicación brutal»

Gerardo Correas, presidente de la Escuela Internacional de Protocolo
Gerardo Correas, presidente de la Escuela Internacional de Protocololarazon

Según el diccionario de la lengua española, protocolo es un conjunto de reglas de formalidad que rigen los actos y ceremonias diplomáticos y oficiales, pero también de cortesía que se siguen en las relaciones sociales por costumbre.

Pero en este siglo, el protocolo ya no es sólo vestir o sentarse a comer de una forma u otra, sino mucho más. «Es un arma de comunicación brutal para lograr que una empresa mejore su cuenta de resultados».

Así lo cree y así lo cuenta a LA RAZÓN Gerardo Correas, presidente de la Escuela Internacional de Protocolo (EIP), entidad organizadora del XVI Congreso Internacional de Protocolo que se celebrará en Valladolid los próximos 26, 27 y 28 de noviembre. Una cita, que reunirá en esta ciudad a profesionales de la comunicación, el márketing o el protocolo de 40 países con un objetivo claro: unir a todas estas disciplinas comunicativas. «En cualquier evento está presente la publicidad, el márketing, la comunicación, las relaciones públicas y también el protocolo, y la coordinación es vital para potenciar todo el plan estratégico de comunicación de una institución», explica Correas.

Además, el presidente de EIP pone valor que las empresas, poco a poco, están viendo el protocolo como una inversión a largo plazo y no como un gasto, y se están dando cuenta cada vez más de que necesitan especialistas en protocolo y en transmitir los objetivos generales y concretos de un acontecimiento.

Para Correas, un congreso no debe servir para que venga alguien de la India a decir lo que ya explica en su blog, sino que se deben contar historias y experiencias y a que los participantes vivan en primera persona lo que se va a debatir.

«Si creas emoción fidelizas al cliente», sostiene este experto, quien destaca el mayor conocimiento que la sociedad tiene hoy en día del protocolo. «Todavía hay gente que lo vincula al despilfarro, o que piensa en el Rey Juan Carlos o en cómo se come un langostino, pero cada vez más los ciudadanos son conscientes de que, además de saber estar, el protocolo es una forma de organizar y de comunicación espectacular», señala.

Por otro lado, advierte de que no hay que confundir protocolo con educación. Y mientras pone como ejemplo a un joven «Millenial» (de este siglo), «al que a la hora de sentarse a comer, le importa más donde puede dejar su smartphone que si el cubierto se pone a la izquierda o a la derecha», se pregunta que ¿quién es el que pone las normas?

Liderar un equipo y trabajar con él; planificar; manejar recursos humanos; ser resolutivo ante cualquier imprevisto; y, sobre todo, tener humildad son los requisitos que debe cumplir un experto en protocolo, una profesión en auge.