Política

Castilla y León

«Hace falta un Plan Industrial y más competencia para retener al talento»

Javier Escribano dice que cada día ve cómo los trenes que salen de Valladolid a Madrid van «repletos» de ingenieros

Javier Escribano Cordovés
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La despoblación es el gran problema que padece Castilla y León. También lo es la fuga del talento formado en la Región que se viene produciendo en los últimos años. Jóvenes que se han tenido que ir en contra de su voluntad por falta de oportunidades. Y especialmente entre los ingenieros, a pesar de que es el gremio que tiene más salidas laborales, con una empleabilidad superior al 90 por ciento.

«Voy todos los días a Madrid a trabajar en tren y regreso a Valladolid por la tarde, y te puedo asegurar que los vagones van y vuelven repletos de ingenieros», señala a LA RAZÓN Javier Escribano Cordovés, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Valladolid, quien tiene claro que los jóvenes se marchan porque no encuentran donde colocarse. «Si en este ir y venir, al menos se produjera una transferencia de conocimiento, sería genial. Pero tampoco», lamenta.

Por este motivo, asegura que es necesario poner en marcha cuanto antes un Plan Industrial en Castilla y León que permita recoger a los recién titulados. También demanda una mayor competencia entre las empresas. Al respecto, explica que hay mucha oferta de ramas y especialidades en Ingeniería, pero que falta una mayor rivalidad y búsqueda de desafíos entre las compañías. Algo que, en su opinión, hace que éstas no estén cuidadando a sus trabajadores más cualificados como debieran, provocando que muchos de ellos se vayan al sentirse poco valorados.

Escribano reivindica al ingeniero y su aportación a la sociedad. «Es el que busca, analiza y encuentra soluciones sencillas a los problemas cotidianos; el que se encarga de que todo funcione, siga funcionando y, sobre todo, el que puede dar una respuesta a aquellos problemas que aún no han surgido», señala, mientras pone en valor el hecho que el ingeniero está presente en la actualidad en equipos multidisciplinares de cualquier ámbito y profesión. «Si conseguimos acercar la Ingeniería al día a día, todo será mucho más eficiente», asegura, convencido. En este sentido, Escribano recuerda el caso del niño Julen, fallecido recientemente tras caer a un pozo en la localidad malagueña de Totalán. «Lo triste es que haya tenido que pasar esta desgracia para que la gente se haya dado cuenta de que los ingenieros no hemos aparecido de repente y somos necesarios ante cualquier urgencia», señala.

Dar charlas en colegios e institutos para que los alumnos de Bachillerato y Formación Profesional sepan qué hace un ingeniero es otra de las acciones que van a intensificar desde el Colegio, así como formar permanentemente a profesionales, conectar a los recién titulados con las empresas y enseñar a estos a afrontar su primera entrevista de trabajo. También apuesta por promover las vocaciones, especialmente entre las mujeres. «No se trata de convencerlas para que estudien Ingeniería, sino que tengan la conciencia de que no tienen por qué no hacerlo», dice Escribano, quien anima a los jóvenes a estudiar cualquier rama de Ingeniería y les aconseja estar preparados para moverse y, sobre todo, para aprender cada día.