Castilla y León
Herrera apela a la unidad para que Lauki siga viva en Valladolid
El presidente desvela que un grupo agroalimentario de la Región ya ha mostrado interés en la planta
El presidente de Castilla y León desveló ayer que hay un grupo agroalimentario de la Comunidad, del que no dijo su nombre, que se ha interesado en la fábrica vallisoletana de Lauki, cuya empresa propietaria, la multinacional francesa Lactalis, quiere cerrar en junio.
Juan Vicente Herrera hacía este anuncio en las Cortes y en presencia de un grupo de trabajadores que seguían el pleno desde la tribuna de invitados, al contestar una pregunta de control de Gobierno por parte del PSOE, sobre la crisis del sector lácteo en general, y la situación de la planta de Lauki, en particular. Cuestión en la que el líder socialista, Luis Tudanca, le pedía a Herrera y a su equipo que tomen decisiones y se dejen de fotos y de escudarse en Madrid y en Bruselas, a la vez que culpaba a la reforma laboral del Gobierno del PP y al «no cumplimiento» de la Ley Agraria por parte de la Junta, de la situación actual por la que atraviesa la planta vallisoletana de Lauki.
El presidente de la Junta recordaba al dirigente socialista que tiene ya mucha experiencia en estos casos y por ello apelaba a la unidad y a que se compartan entre todos los problemas para solucionar conflictos laborales como el de la lechera vallisoletaana. «He visto ya llover mucho», decía Herrera, al recordar a Tudanca que su Gobierno no está de brazos cruzados y que agotarán todas las posibilidades para evitar el cierre. Al respecto, avanzaba que se ha activado el protocolo de crisis industrial, que se ha reunido con los representantes de los trabajadores para trasladarles que la Junta estará con ellos, que se ha solicitado al Ayuntamiento de Valladolid que se mantenga el uso industrial de los terrenos, y que se ha pedido también una reunión con la dirección de empresa de Lactalis para convencerles de que el cierre de Lauki no es la solución y hay alternativas.
Unas palabras que calaban entre los trabajadores, quienes se concentraban antes del pleno a las puertas de las Cortes para presionar a la empresa y hacerse notar para que el problema no se enfríe. Todos ellos mostraban su confianza en la Junta en que o bien pueda frenar el cierre o bien buscar un comprador para que la fábrica siga viva, a pesar de las declaraciones de la ministra Tejerina en Onda Cero en las que aseguraba que Lactalis comunicó el cierre al Ministerio como una decisión ya cerrada, y que sólo espera que se den las mejores condiciones en la negociación con el comité de empresa. Los trabajadores anunciaban que continuarán con las movilizaciones hasta que se llegue a una solución.
Campaña de desprestigio
Pero las declaraciones más contundentes del día las hacía el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, después de reunirse con los representantes de los trabajadores en el Ayuntamiento. El primer edil socialista atacaba con dureza contra la forma de actuar de Lactalis: «sabemos como actúan este tipo de multinacionales. Primero compran factorías rentables tras recibir ayudas públicas para después desmantelarlas poco a poco, llevarse los productos y eliminar la competencia», denunciaba Puente, mientras advertía a Lactalis que si lleva a cabo el cierre, el Ayuntamiento de Valladolid hará todo lo posible para desprestigiarles. En este sentido, el alcalde amenazaba con poner en marcha campañas de imagen para presionar al máximo a la marca.
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