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Las empresas se reinventan y atraen a inversores privados para abrir negocio

Empresa Familiar lanza la asociación Alentia, que persigue canalizar el ahorro particular a proyectos de compañías consolidadas que creen empleo y riqueza en la Comunidad

De izquierda a derecha, Sebastián Arias, Gerardo Gutiérrez y Eduardo Estévez, de la Empresa Familiar de Castilla y León
De izquierda a derecha, Sebastián Arias, Gerardo Gutiérrez y Eduardo Estévez, de la Empresa Familiar de Castilla y Leónlarazon

Canalizar el ahorro procedente de dentro y de fuera de la Comunidad hacia proyectos empresariales viables, que creen empleo y aporten riqueza en Castilla y León.

Canalizar el ahorro procedente de dentro y de fuera de la Comunidad hacia proyectos empresariales viables, que creen empleo y aporten riqueza en Castilla y León. Es el objetivo con el que nace la asociación de inversión privada independiente Alentia, impulsada por la Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL), con el reto de derribar el muro crediticio que, en palabras del presidente de esta asociación, Gerardo Gutiérrez, «congela o hace que se pierdan proyectos solventes en la actualidad». Es, por tanto, una fórmula complementaria a la financiación bancaria, pero también un mecanismo inversor que invita al ahorrador a ser «parte de la economía tangible», a partir de la proximidad y cercanía con el proyecto. «¿Por qué no colocar el dinero en el empresa de alguien que tengo enfrente?», se preguntaba, en este sentido, Gutiérrez.

En cuanto a los socios, serán privados -personas físicas o jurídicas- e institucionales -entidades privadas (bancos, sociedades de inversión y sociedades de garantía recíproca)-. Todos ellos -se aspira a lograr 50, 100 y 25 asociados, respectivamente, en el primer año de trabajo- deberán afrontar una cuota anual a la que habrá que sumar el IVA de 300 euros para personas, de 600 para sociedades y de 2.500 euros, para instituciones. Ese pago permitirá acceder a proyectos evaluados, que, para que Alentia dé sus primeros pasos, serán de compañías con proyectos consolidados, si bien, no se cierra la puerta a que en el futuro los planes de negocio a abordar correspondan a emprendedores o firmas que arrancan.

Objetivos de funcionamiento

Alentia se constituirá en apenas dos meses y su propósito inicial es movilizar, en su primer año de funcionamiento, entre cinco y diez millones de euros, aunque la previsión que barajan es que ese volumen inversor «crezca exponencialmente» en los años sucesivos, partiendo de que éste es un proyecto con recorrido temporal.

Sebastián Arias, presidente de Indal, una de las empresas punteras integradas en la EFCL, destacaba que se establecerá una base inversora que se situará entre 25.000 y 50.000 euros, por una cuestión de gestión que, «de otra manera, sería ingobernable».

Así, explicó, el planteamiento inicial es que se incorpore a entre cinco y diez socios por proyectos -dependiendo del plan de negocio-, que participarán en la financiación de proyectos de desarrollo, lanzamiento o internacionalización, a través de un vehículo inversor unificado.

Pero, ¿Cómo se concreta todo esto? De forma meridianamente sencilla. Se llevará a cabo una fase de selección, tras la que se aplicará una pre-evaluación con un informe de viabilidad y una propuesta de inversión referida a un proyecto. A renglón seguido, se enviarán los resumenes a socios y se determinará el informe de inversión definitiva. Posteriormente, los inversores decidirán si participan o no y si se pone en marcha el proyecto planteado. Por último, se pactarán condiciones de participación.

En cuanto a la estructura de Alentia, impulsada por EFCL, aunque una vez constituida la sociedad será independiente, se compondrá de una asamblea de socios, un comité de dirección e inversores, un gerente y un órgano evaluador técnico externo.

El presidente de EFCL, Gerardo Gutiérrez, destacó que, al tratarse de proyectos de economía regional, contarán con beneficios fiscales autonómicos, si bien se han de fijarse de qué manera funcionarán, una vez se cree la asociación. Algo que tendrá que negociarse con las consejerías de Economía y Empleo y Hacienda, que ya han dado su conformidad a respaldar esta novedosa idea, que busca aportar alternativas al actual 80 por ciento de financiación con origen bancario de las 'pymes'.