Medalla de Oro de los pueblos de Ávila al universal abulense José Jiménez Lozano

Los pueblos de Ávila otorgan al universal abulense José Jiménez Lozano la Medalla de Oro de la Provincia. Así lo aprobó el pleno de la Diputación, que recoge así las más de 150 peticiones, procedentes fundamentalmente de municipios de la provincia.

La institución que preside Jesús Manuel Sánchez-Cabrera concede su máxima distinción a Jiménez Lozano por su trayectoria y por su «defensa» de lo abulense «allá donde ha estado».

Se trata de una propuesta elevada desde la Institución Gran Duque de Alba (IGDA), dependiente de la Diputación, que en su momento designó como instructor al diputado responsable de Cultura, Patrimonio, Juventud y Deporte, Eduardo Duque.

Sánchez Cabrera considera a Jiménez Lozano «merecedor» de una Medalla de Oro cuya fecha de concesión se fijará de acuerdo con el propio «ilustre» escritor de Langa.

Según el presidente de la institución provincial abulense el Premio Cervantes 2002 siempre contribuyó a «dignificar a los abulenses con sus escritos y su obra». «Ha puesto a Ávila en un lugar muy importante dentro de la literatura española», añade Jesús Manuel Sánchez Cabrera al finalizar el pleno que ha aprobado definitivamente el expediente impulsado a mediados del presente año.

La IGDA ya le rindió homenaje en su Asamblea General de 2012 y en 2017 publicó «De Ávila a Constantinopla: los viajes fabulosos de José Jiménez Lozano», un estudio realizado en el marco de las becas de investigación que concede la institución cultural y que difunde el bagaje cultural que atesora la figura del escritor morañego, informa Efe.

Este reconocimiento se suma a otros muchos entre los que figuran el Premio Cervantes 2002; el Nacional de Periodismo Miguel Delibes -2000-; la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes -1998-; el Nacional de las Letras Españolas -1992- o el Castilla y León de las Letras -1988-.

Asimismo, el Papa Francisco concedió el año pasado la Medalla «Pro Ecclesia et Pontifice» a este articulista y corresponsal en el Concilio Vaticano II por el periódico «El Norte de Castilla» y la revista «Destino». Jiménez Lozano destaca por la nobleza que atesora y el resplandor que proyecta, que también puede ser aplicable a su extensa y fecunda obra.