Educación
Piden a los docentes actuar rápidamente en casos de déficit de atención e hiperactividad
Este trastorno afecta a uno o dos alumnos por clase, y desde la asociación vallisoletana Avadath se reclama a las administraciones sanitarias y educativas que se cumpla el protocolo de actuación vigente
La asociación ha puesto en marcha el taller «un café para padres» de carácter mensual. «Apoyar y reforzar con distintas estrategias el aprendizaje», el principal objetivo.
Déficit de atención. Hiperactividad. Impulsividad. Son los principales síntomas para detectar casos de TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y que conviven en el día a día en nuestra sociedad. En especial, en los colegios. Por ello desde la asociación vallisoletana Avadtah se reclama una mayor implicación del profesorado para detectar posibles casos de esta patología entre el alumnado y ofrecerles un tratamiento eficaz que evite males mayores en el futuro. «Hay protocolos de actuación para detectar este tipo de casos, pero no se aplican al no ser de obligado cumplimiento», indica el presidente de Avadtah, José Luis Vaquero a LA RAZÓN. Por ello se pide a las administraciones sanitarias y educativas que se cumpla el protocolo de actuación vigente.
Y es que los últimos informes nacionales indican que en cada aula puede haber entre uno y dos alumnos que padecen estos síntomas y son alrededor de 20.000 personas las que la sufren en Castilla y León en la actualidad. Por ello se hace imprescindible la actuación tanto de profesorado como de los propios padres para descubrir si un niño cuenta con alguno de estos síntomas, para acudir cuanto antes al pediatra o requerir los servicios de un profesional.
«La principal causa si no se pone remedio cuanto antes, es que el alumno está abocado al fracaso escolar, y se crea un vacío muy importante y peligroso en su entorno social», indica Vaquero.
Normalmente, estos primeros síntomas se producen en los primeros cursos de Primaria, aunque también se producen casos en la adolescencia y en la vida adulta, como un trastorno crónico y la proporción se estima que es de cuatro niños por cada niña y suele ser el principal problema de salud mental que detectan los pediatras.
Es por ello que se hace necesario detectar estos síntomas cuanto antes para ofrecer el mejor tratamiento posible. Y es una de las tareas quelleva a cabo Avadath, formada por 150 socios, todos ellos con algún miembro de la familia afectado, la mayoría menores de edad.
Son varios los profesionales que colaboran con la asociación para ayudar a los chavales que la sufren aunque también suelen realizar actividades tanto para los adolescentes como para los adultos, con una premisa fundamental, indica su presidente: «Apoyar y reforzar con distintas estrategias su aprendizaje». «Cuando llegan aquí, lo primero que hacemos a los padres es tranquilizarles, decirles que no están solos. No hay que dramatizar. A partir de aquí trabajamos para ofrecer las mejores soluciones», señala.
Una asociación que se financia con la aportación de sus socios y con una pequeña ayuda del Ayuntamiento de Valladolid, que resulta insuficiente para ofrecer más y completos servicios y contar con unas instalaciones adecuadas.
Y entre las iniciativas que se van a desarrollar este año, Vaquero anuncia la puesta en marcha del taller «Un café para padres», que se celebrará una vez al mes con distintas conferencias y mesas redondas con expertos en la materia; la Escuela de padres; talleres de ajedrez; concursos de Navidad y ya se está trabajando para la séptima jornada en marzo, un Congreso en Valladolid, que se celebrará en el centro cívico José Luis Mosquera.
Tratamiento personalizado e integral
La situación de cada afectado por esta patología exige un diseño de un plan específico de intervención que responda a sus necesidades particulares. Está claro que ningún tratamiento cura automáticamente el TDAH, aunque los especialistas proponen una actuación completa multidisciplinar. De esta manera, todas las acciones que se desarrollen deben tomar en cuenta al niño, la familia y el colegio para actuar en campos como la terapia conductual, para fomentar conductas positivas o técnicas para conseguir un pensamiento planificado. A ello se debe sumar la medicación, para reducir la inatención o impulsividad; el refuerzo psicopedagógico y la formación tanto de padres como de maestros.
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