Castilla y León
«Rivera quiere convertir en ciudadanos de segunda a quienes viven en los pueblos»
Así lo aseguran los presidentes de las diputaciones de Castilla y León sin distinción de color
«Descabellada», «insensata», «injusta» o «desafortunada». Así han calificado los presidentes de las diputaciones de Castilla y León, sin distinción de color política, la medida de Ciudadanos de intentar acabar con las instituciones provinciales. En este sentido, aseguran que «Albert Rivera quiere convertir en ciudadanos de segunda clase a quienes viven en los pueblos».
El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, lamentó que se quiera borrar de un plumazo unas instituciones con 200 años de historia, «que han soportado dictaduras, repúblicas y tantas y tantas cosas, y siempre trabajando en favor de los pequeños municipios de la Región».
En este sentido, resaltó la importancia de las diputaciones en el mundo rural para ofrecer el mejor servicio a los que más lo necesitan. A pesar de ello, Jesús Julio Carnero quiso dejar claro que «la aritmética no sale para ejecutar una reforma de este calado», por lo que afirmó que son «más iniciativas preelectorales que propuestas realistas».
Por su parte, el portavoz de la institución provincial segoviana, José Luis Sanz Merino, afirmó que la propuesta lanzada por el partido ‘‘naranja’’ es «un error mayúsculo propio de quien desconoce la realidad de toda nuestra Comunidad». En la misma línea, el presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, defendió «a ultranza» la continuidad de las instituciones provinciales al considerar que son las entidades «más cercanas» tanto a los ayuntamientos como a los pueblos, aunque declaró que «el significado es el mismo» en todo el territorio nacional.
Además, subrayó que el líder de Ciudadanos realiza esta medida por desconocimiento de la realidad. «Lo mejor es que se acerquen, que pateen las calles de los pueblos y que se den cuenta de que esto es la cercanía y la proximidad», aseguró Martínez Majo.
También la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, invitó a Albert Rivera a «vivir durante un mes» en un pueblo palentino o de Castilla y León para conocer de primera mano la labor que realizan allí las instituciones provinciales. A su juicio, y aunque consideró que la propuesta de C´s es «coherente» con su programa, sostuvo que la supresión de las diputaciones significaría «abandonar al medio rural a su suerte», ya que las decisiones «sólo se tomarían de forma centralizada en Valladolid, con un territorio más grande que Portugal».
La líder de la Diputació de Zamora, Mayte Martín, calificó de «irresponsable» la propuesta. «No deja de ser otro brindis al sol. Es una ocurrencia más que evidencia un desconocimiento total de la realidad social de nuestro país», aseguró.
El presidente de la institución provincial abulense, José Manuel Sánchez Cabrera, criticó el «cambio» de postura socialista y aseguró que «no me parece oportuna esta operación de maquillaje».
Estas voces contrarias no han llegado sólo de dirigentes del Partido Popular. Tal es así que el presidente de la Diputación de Soria, el socialista Luis Rey, sostuvo que «es un error» el planteamiento de Ciudadanos, ya que hay provincias con municipios muy grandes dónde estas instituciones tienen un sentido y otras más pequeñas como Soria donde se hacen imprescindibles para prestar los servicios a los ciudadanos de forma eficiente.
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