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Salamanca

«Salamanca y su prestigiosa Universidad siempre están al abrigo de la poesía»

Así lo asegura a LA RAZÓN, Alfredo Pérez Alencart, coordinador del Encuentro de Poetas Iberoamericanos

El coordinador del Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará en el mes de octubre en Salamanca, Alfredo Pérez Alencart
El coordinador del Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará en el mes de octubre en Salamanca, Alfredo Pérez Alencartlarazon

El poeta peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y columnista de LA RAZÓN está concluyendo la preparación del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que este mes de octubre estará dedicado a celebrar los primeros ocho siglos del Estudios salmantino.

– -¿Estará feliz con este encuentro, ahora dedicado a la Usal y a la Universidad de San Marcos, de su país de origen?

– Más que feliz lo cierto es que estoy agradecido, porque este encargo de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, a través del propio alcalde Fernández Mañueco, me está permitiendo devolver algo mínimo de lo mucho que he recibido de mi Universidad, luego de treintaitrés años en su matriz. Por ello me he empeñado en que este encuentro sea relevante, no en cuando a fuegos de artificio que rápido se extinguen, sino con textos poéticos llegados desde todos los confines del idioma castellano. La antología, que he titulado, «Por ocho centurias», tendrá más de 600 páginas de buena o excelente poesía de unos doscientos autores...

– ...¿Y por qué San Marcos de Lima?

– Porque fue su primera «criatura» nacida en el Nuevo Continente. Precisamente en Valladolid y el 12 de mayo de 1551, el rey Carlos I de España y V de Alemania, firmó la real provisión por la que se crea San Marcos con los mismos privilegios, libertades y excepciones que tenía el Estudio General salmantino. Y como nuestros encuentros han tenido, desde sus comienzos, una clara vocación de puente poético hacia la poesía que se escribe en la otra orilla del castellano y el portugués, la ocasión ha sido propicia.

– Más de uno se sorprende al enterarse que usted sea profesor de Derecho del Trabajo y no de Filología

– Miguel de Unamuno fue catedrático de Griego pero son inencontrables escritos sistemáticos suyos sobre la materia. Ni tan siquiera ensayos; claro que todo ese pozo de cultura greco-latina está en sus obras. Lo mismo de Fray Luis, excelente teólogo cuyas obras de este ramo son poco consultadas, salvo por estudiosos. Pero su Poesía y sus propias existencias poéticas, es decir, protestantes ante contubernios y prohibiciones, los han vuelto referencias indiscutibles. Salamanca y su Universidad siempre están al abrigo de la Poesía, y yo vengo sumando algunas esquirlas o fragmentos para apuntalar tal cobertura.

– Dos son los poetas homenajeados. ¿Qué nos dice de Torres Villarroel y de Alejandro Romualdo?

– Aunque de distintos siglos son poetas que fueron enviados a los márgenes, casi desdeñados por sus contemporáneos. Pero ahí están sus obras, que los recoloca en un inmejorable sitial, máximo dentro de la celebración de ochocientos años de Universidad. En el caso del peruano, no sólo se da el caso que es de los más grandes poetas peruanos, sino que tenía una querencia especial por España. En Salamanca vivió algunos meses en dos estancias y me comentaba que fueron los mejores días de su existencia. Falleció en 2008.

– ¿Qué ofrecen los encuentros que usted coordina para que ya sobrepasen las dos décadas de vida?

– Mucha constancia, abundante pasión por difundir la obra de otros, credibilidad a la hora hacer compartir a poetas consagrados con jóvenes promesas, una amplia difusión en los medios de comunicación y una antologías bien valoradas hasta por los críticos más acérrimos... También ha ayudado el contar con exiguos recursos económicos, pues esta dificultad me ha permitido ser más creativo y más honesto, al pedir a muchos poetas que busquen apoyo en ministerios, fundaciones o universidades de sus respectivos países. Salamanca siempre se merece todo esfuerzo, al menos para los poetas que llegan desde el otro lado del océano trayendo, cuidadosamente pulido, el idioma que en la Universidad de Salamanca ordenó Nebrija.