Soria tiene un color especial

Soria, Ciudad Europea del Deporte este año, fue protagonista ayer en el Maratón de Sevilla de la mano de dos de sus grandes embajadores y mejores deportistas españoles de la historia: Abel Antón y Fermín Cacho. El primero, porque volvía a correr esta prueba en la capital hispalense, donde hace veinte años, en 1999, lograba su segundo título mundial de la especialidad, y escribía una de las páginas más bonitas de su historia deportiva, por aquel espectacular e imparable cambio de ritmo que protagonizó en el kilómetro 37 de la prueba para alcanzar la meta y, a la vez, la gloria, ya que se convertía en aquel momento en el primer maratoniano que conseguía dos medallas de oro mundiales consecutivas.

Y, el segundo, campeón olímpico en Barcelona 92 en los 1.500 metros, porque se apuntaba al Maratón de Sevilla para debutar en la distancia recién cumplidos los cincuenta años y, de paso, acompañar a su amigo y paisano Abel Antón. Cacho no pudo completar los 42,195 kilómetros y se quedó a medio camino, pero enormemente satisfecho por la experiencia y el apoyo recibido durante la carrera. Es más, tanto le gustó que anunció que la próxima maratón que corra la va a terminar. También se unía a la fiesta otro gran campeón, el vitoriano Martín Fiz, campeón mundial en Goteborg en 1995. Tres oros consecutivos sobre la distancia para España que sólo Kenia ha sido capaz de reeditar hasta la fecha.

El Maratón de Sevilla rendía homenaje a este deporte juntando a estos tres campeones, pero reconocía especialmente a Abel Antón por su gesta de hace dos décadas siendo el protagonista del cartel de la prueba y la imagen de las medallas de los finalistas.

La carrera estuvo dominada por los etíopes Ayana Tsedat, en categoría masculina, y Gutemi Shone Imana, en féminas, que lograron el triunfo batiendo además sendos récords.

Antón participaba haciendo de guía a un grupo de trabajadores del Banco de Santander que quisieron correr el maratón en cuatro horas, y se mostraba agradecido al público sevillano. «He sentido que la gente todavía recuerda mi victoria», decía.