Valladolid

Todos los afectados por hepatitis C tendrán en seis meses medicación de última generación

La Consejería de Sanidad dedicará más de 7,08 millones a los tratamientos de nuevos pacientes

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, durante una rueda de prensa para hablar sobre la hepatitis C
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, durante una rueda de prensa para hablar sobre la hepatitis Clarazon

Los medicamentos de última generación contra la hepatitis C llegarán en medio año, incluso antes, a todos los afectados que vivan en Castilla y León. De hecho, en los tres primeros meses de universalización de los tratamientos, de julio a septiembre, ya se han incorporado a esta prestación 271 pacientes, y la previsión es que el balance del otoño y del arranque del invierno eleve las cifras de manera exponencial tras el parón asistencial de los meses de verano. La Consejería de Sanidad siempre ha estimado que con la revisión del Plan Estratégico Nacional para incluir a los pacientes con afectación leve (grados de fibrosis F0 y F1), unos 1.000 nuevos se beneficiarían de este medicamento que arroja una tasa de curación del 90 por ciento.

Se sumarán a los más de 4.000 que han comenzado a tratarse o ya finalizaron el tratamiento desde que en enero de 2015 entrara en vigor el programa. En concreto, la cifra se eleva a 4.126.

No obstante, los datos podrían variar ligeramente, ya que se estima que el 1,2 por ciento de la población autonómica puede padecer esta patología y no saberlo, puesto que se trata de una enfermedad que se desarrolla durante décadas sin mostrar síntomas. En todo caso, tras este abordaje, la consejería prevé que se contengan los datos, una vez atendida la «avalancha» inicial.

Si se mantiene el ritmo actual, Sanidad dedicará unos 7,08 millones de euros a los tratamientos de estos nuevos pacientes, a razón de unos 10.000 euros por enfermo. Se unirán a los 94,29 millones invertidos por Sacyl hasta la fecha, una cifra que rebasó con creces las previsiones de esta departamento que se marcó en 2015 el reto de los 2.700 pacientes, muy por debajo de los que al final ha incluido, y que en aquel momento disparó la factura farmacéutica y provocó que Castilla y León no cumpliera el objetivo de déficit.

De hecho, más de 40 millones se invirtieron en el primer año del plan. Los motivos se encontraron no sólo en el volumen de pacientes, sino también en el coste de cada tratamiento que se ha ido rebajando de forma considerable, hasta pasar de los 50.000 euros de hace dos años a los 10.000 actuales. Valladolid es la provincia que cuenta con más pacientes tratados, con 1.061.