Huelga de estudiantes

Uno de cada tres estudiantes secunda la huelga educativa

Aula en un colegio de Valladolid
Aula en un colegio de Valladolidlarazon

Jornada de paro en el sector de la enseñanza en Castilla y León. Cientos de alumnos, acompañados por padres y docentes, salieron a las calles de las principales capitales de provincia para mostrar su rechazo contra los recortes del Gobierno en materia educativa y para exigir la retirada inmediata del anteproyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), en dos tandas. Una, por la mañana, convocada por asociaciones de estudiantes y ya por la tarde, las 'oficiosas' y 'multitudinarias', ambas celebradas con normalidad y buen ambiente.

Según la Junta, un total de 108.278 alumnos, lo que supone el 36,6 por ciento del total, y un total de 4.117 docentes, que suman un 16,97 por ciento. Todos ellos referentes a las enseñanzas no universitarias de la Comunidad. Burgos, León y Ávila fueron las provincias de la Comunidad con más seguimiento de la huelga por los escolares, superando el 50%, mientras que en Zamora y Segovia, el porcentaje no superó el 30 por ciento.

Mientras, las organizaciones convocantes señalaban que el seguimiento de la jornada de huelga fue mayor. Según UGT, CC OO y STES las cifras se elevan entre un 40 y un 49 por ciento en lo que se refiere al profesorado de enseñanzas no universitarias y en un 60 por ciento en el alumnado con un porcentaje más elevado en Secundaria, que en Infantil y Primaria. Y todas ellas se felicitaron de que «por primera vez en la historia de la democracia en este territorio histórico, todos los integrantes de la comunidad educativa (profesores, alumnos y padres) han ido de la mano para lograrlo», indicaban.

En la concentración de la mañana en Valladolid, dos profesoras de los colegios públicos de Cuéllar y Cabezón, Maira Puertas y Mónica Tranque relataban algunas de las dificultades que están atravesando en el curso actual, como dar clases sin calefacción, la reducción del profesorado, la falta de horas libres por sustituciones o la falta de dinero en algunos centros que implica la petición a los padres de los alumnos para la compra de folios o papel higiénico. Por su parte, María José Rodríguez, presidenta de Confapacal, lamentaba que esta ley «no haya sido consensuada» y que si se aprueba el «alumnado quedaría relegado» y que se están poniendo «graves trabas» para que muchos padres en el futuro no puedan costear los estudios de sus hijos en la universidad.

Jorge Lebrero, representante del Colectivo Yesca -organizador de la concentración mañanera- manifestaba que se están viviendo «momentos de agresión en la educación pública» y que el Plan de Bolonia está «provocando la entrada de empresas en la Universidad», y que la Ley Wert está modelando una educación «segregadora y privatizada».

En la capital segoviana, cientos de personas se concentraron para reclamar la retirada de una ley «que vuelve al pasado franquista». La plataforma respondió a Wert que «es falso» que sea la ley más consensuada del Estado porque no se ha contado con la comunidad educativa.

En Salamanca consideraban esta reforma como «una brutal agresión» y que se impone al servicio de «la Iglesia y el capital».