Cataluña
Ancianos cada vez más pobres y solos
En Cataluña, casi la mitad de las personas mayores vive bajo el umbral de la pobreza y más de 175.0000 están solas en casa sin desearlo
Vivir, o mejor dicho sobrevivir, con menos de 750 euros al mes. Es la realidad a la que se enfrenta el 40% de los ancianos en Cataluña, que con una prestación de jubilación que no llega al salario mínimo, hacen malabares para alimentarse, poner la calefacción, pagar el alquiler y hacer frente a gastos imprevistos. Algunos abuelos, incluso, se han convertido con su pequeña pensión en el principal sostén económico de familias enteras, castigadas por el paro y la bajada de salarios como consecuencia de la crisis.
Estas son las principales conclusiones del informe «Gent Gran: Pobresa i vulnerabilitat», elaborado por las Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS) y presentado ayer en Barcelona, una radiografía de la precaria situación en la que se encuentra una buena parte de la ancianidad catalana. Cerca de la mitad vive en el umbral de la pobreza y el 61% dice no llegar a fin de mes. No obstante, el informe indica que no sólo la pobreza hace vulnerables a los ancianos. La soledad los convierte más frágiles aún si cabe, pues es la principal causa de depresión en este colectivo. En Cataluña, hay más de 175.000 personas mayores que afirman vivir solas sin desearlo, lo que representa un 2% de la población total.
Si se pone la lupa sobre las privaciones materiales que sufren los ancianos, se obtiene una larga lista: un 36% no tiene recursos para poder irse de vacaciones durante una semana al año; el 34% no puede responder económicamente a un gasto imprevisto; y el 6,1% sufre pobreza energética. De hecho, este último porcentaje es el que más ha crecido como consecuencia de la crisis. Si en 2013, un 3,3% de personas mayores no podía calentar su casa en invierno, en 2016 ascendió hasta el 6,1%.
La recesión también ha provocado que el 33% de los ancianos dediquen su pensión a mantener a hijos y nietos que han acabado en el paro. Como consecuencia, muchos jubilados han reducido sus gastos en salud y de ocio, lo que significa que, por ejemplo, no se cambian las gafas de ver con la asiduidad que deberían o dejan de ir a los centros de día y a los viajes del Imserso para ayudar a sus familias.
Pero si se habla de pobreza y desigualdad en la gente mayor, «la mujer es la absoluta protagonista», aseveró la presidenta de las Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS), Teresa Crespo.
Frente al 80% de los hombres beneficiarios de una pensión, sólo el 45% de las mujeres disfrutan de una. La explicación es fácil. Antes, el papel de la mujer era el de ama de casa que renunciaba de forma voluntaria u obligada al trabajo para quedarse al cuidado de los hijos. Las pocas que sí accedían al mercado laboral lo hacían en empleos precarios y con un salario mucho más bajo que el de ellos. El estudio también indica que son las ancianas las que sufren en mayor medida la soledad:sólo el 22% de los hombres viven solos sin desearlo frente al 75,5 de las mujeres.
Sistema de pensiones agotado
Teniendo en cuenta que el índice de envejecimiento en España es del 116% y el sobreenvejecimiento del 16% los autores del informe alertaron que las nuevas generaciones no podrán sostener el actual sistema de pensiones. La doctora en Economía y colaboradora del estudio, Júlia Montserrat, apostó por aumentar el porcentaje que se destina del Producto Interior Bruto (PIB). Actualmente sólo se dedica el 10%, mientras que en países de nuestro entorno como Italia, Grecia, Austria y Portugal se destina entre un 13 y 14 por ciento.
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