Novela

Arnaldur Indridason se disfraza de «femme fatale» americana en «Betty»

El islandés Arnaldur Indridason ayer en la sede de RBA
El islandés Arnaldur Indridason ayer en la sede de RBAlarazon

El escritor islandés Arnaldur Indridason siempre se sintió fascinado por las viejas películas de Hollywood, sobre todo de los clásicos del noir. Incluso comenzó su carrera como crítico de cine.

El escritor islandés Arnaldur Indridason siempre se sintió fascinado por las viejas películas de Hollywood, sobre todo de los clásicos del noir. Incluso comenzó su carrera como crítico de cine. Cuando veía «El halcón maltés», «El sueño eterno» y, sobre todo, «Perdición», algo había allí que no le permitía apartar la vista de la pantalla. Más allá de la historia, de la atmósfera claustofóbica que parece marcar el destino de los personajes o del detective al uso, había un elemento de estas historias que le atraía sobre manera, el de la femme fatale, como aquella Barbara Stanwyck que llevaba al pobre Fred MacMurray a su trágico destino. Tanto es así, que siempre soñó en escribir un libro narrado por una de ellas y meterse en su propia piel.

Después de convertirse en una de las figuras más relevantes de la novela negra escandinava, Indridason ahora da un giro de 180 grados con la novela «Betty», (RBA), relato en que imita los clásicos «hard boiled» americanos para contar la historia de una femme fatale y dotarle del protagonismo central que estas novelas les negaban. «Quería escribir con el mismo estilo de Raymond Chandler, Dashiell Hammett o James M. Cain. Me interesaba trasladar el estilo clásico americano a la realidad islandesa y contar así una historia de amor diferente», asegura Indridason.

Lo hizo tan bien y se divirtió tanto que lo único que quería hacer al acabar la novela es seguir con las aventuras de Betty, incluso pensó en cruzar su historia con su detective estrella, Erneldur Sveinsson, del que ya ha escrito siete novelas. «La novela negra escandinava está más centrada en los conflictos sociales de los que surge el crimen, mientras que la americana son historias más directas, centrados en los personajes como individuos y sus faltas. Me divertí mucho imitando su estilo y al acabar “Betty” sólo quería saber más sobre sus amores y qué habría sido de ella», señala Indridason.

Aunque que nadie espera pronto una continuación. Ahora está centrado en una trilogía ambientada en la Reikiavic de la Segunda Guerra Mundial, cuando la capital islandesa estaba invadida por soldados ingleses y americanos. «Me interesaba explicar el conflicto que se estableció entre estos dos mundos, y cómo cohabitaron siempre con algo de tensión», asegura el autor de «La mujer de verde».

Sin embargo, lo que más preocupa ahora al escritor es el peligro de extinción del islandés. «Somos un pequeño país de 350.000 habitantes y estamos dominados por el inglés por culpa de las nuevas tecnologías. Si no hacemos algo, en menos de 100 años el islandés desaperecerá», comenta con incredulidad.