Partidos Políticos

Aumenta la presión para que CiU y ERC oculten la fecha de la consulta

La ANC pide no desvelarla hasta no tener atado el amparo internacional al referéndum

Mas recibió a la Assemblea Nacional de Catalunya, promotora de la marcha de la Diada, el pasado 14 de septiembre
Mas recibió a la Assemblea Nacional de Catalunya, promotora de la marcha de la Diada, el pasado 14 de septiembrelarazon

Artur Mas tiene algunas dificultades para lograr una alianza estable con Esquerra Republicana, pero en los últimos tiempos le ha salido un socio fiel. Se trata de la Assemblea Nacional de Catalunya, cuya presidenta, Carme Forcadell, se ha alineado sin fisuras con Mas desde que éste le prometió dar pasos inequívocos hacia la independencia. Tan fiel se está mostrando que incluso ha renunciado a la única exigencia que le planteó en la reunión que mantuvieron el pasado 14 de septiembre en el Palau de la Generalitat, la de establecer un «calendario» para celebrar una consulta. Ayer, en cambio, Forcadell renunció a esta idea y abogó por «no hacer pública» esta fecha hasta que el proceso esté claro, precisamente lo que desea hacer CiU.

El calendario de la consulta es uno de los grandes escollos en las negociaciones entre CiU y ERC para concretar un pacto de legislatura. Los convergentes insisten en que no es conveniente desvelar todas las cartas cuando todavía no se tienen todas las garantías para llamar a las urnas y pretenden ganar tiempo porque detectan que el apoyo a la independencia no es suficientemente mayoritario. En cambio, los republicanos quieren clarificar la fecha –aunque sea de una forma flexible y no exacta– para poder sacar pecho de la presión que han ejercido sobre CiU y para demostrar la utilidad del pacto con Mas al electorado que le ha dado su confianza.

Las preferencias de Mas

Lo único claro hasta el momento es que la consulta se realizará durante la próxima legislatura, pero a partir de ahí todo son especulaciones. El presidente de la Generalitat en funciones se ha manifestado en privado partidario de celebrar esta suerte de referéndum el año 2014, año en que se cumple el tricentenario de la caída de Barcelona a manos de tropas borbónicas. No ha precisado, en cambio, si sería partidario de hacerla antes del referéndum escocés, que debe celebrarse en otoño de 2014. Lo lógico, si el estado de opinión escocés no cambio, es realizar la consulta antes, puesto que, hoy por hoy, existen más posibilidades de que el «no» a la independencia se imponga en Escocia. Por tanto, una de las fechas que Mas contempla a buen seguro es la Diada de 2014.

ERC, en cambio, tiene prisa y ya se ha mostrado partidaria de llamar a las urnas en la Diada de 2013, una fecha probablemente muy precipitada porque difícilmente se habrán agotado las vías democráticas a nivel español y se habrá conseguido el amparo internacional que pretende el frente nacionalista.

Precisamente por este último motivo, la presidenta de la ANC abogó por que CiU y ERC acuerden la fecha sin hacerla pública. En su opinión, las cosas deben estar «claras» antes de anunciar la convocatoria. Es decir, que el reconocimiento internacional a la consulta debe ser explícito y la Generalitat debe tener garantizado los medios para realizarla.

Lo único que pidió la presidenta de la ANC, en una entrevista a Catalunya Informació, es que la votación se haga «lo antes posible» y preferiblemente en los próximos dos años. Según dijo, la situación que atraviesa Cataluña es «insostenible» por culpa del Estado.