Barcelona
Barcelona estrena un sistema pionero de «moto-sharing»
La Ciudad Condal sigue apostando fuerte por convertirse en un referente mundial en lo que se refiere a una movilidad y transporte limpios. Si el uso de la bicicleta urbana ya es una práctica generalizada, en el último año se han sucedido una serie de iniciativas destinadas a fomentar la presencia de los vehículos eléctricos en la ciudad. Así, en octubre de 2012, Barcelona ya era la ciudad europea con más motos eléctricas. El último proyecto puesto en marcha en esta línea es el «moto-sharing» eléctrico Motit, un servicio de alquiler flexible de motos eléctricas.
En la última semana, la capital catalana ha tenido que activar el protocolo por contaminación atmosférica por la excesiva concentración de dióxido de carbono en el aire, una medida que contempla, entre otras actuaciones, el fomento entre la población del uso del transporte público. Así pues, no es de extrañar que Barcelona, que cuenta con un parque móvil de 300.000 motocicletas, aplauda y apoye un proyecto como el de Motit, basado en un sistema similar al Bicing, con la salvedad que en este caso, no existen puntos específicos de recogida y depósito del vehículo en la calle, sino que se basa en la realización de predicciones de uso y la puesta en marcha de incentivos al usuario para procurar hacer coincidir el punto de recogida y retorno de las motos.
Un sistema novedoso
El procedimiento para hacer uso de este servicio se basa en la tecnología más moderna y requiere disponer de un smartphone con sistema iOS o Android, así como tener más de 21 años y poseer el carné de coche o moto de 125 cc. El primer paso es el de contratar el servicio mediante la web o a través del propio dispositivo móvil y definir el tipo de reserva deseada así como el lugar de recogida y entrega de la moto, una característica que hacen de este servicio algo novedoso a nivel mundial. Y es que, éste funciona y se gestiona mediante una aplicación con la que no sólo se lleva a cabo la reserva de la moto, sino que, además, es imprescindible para poder encender y apagar el vehículo o hacer uso del casco, incluido en el alquiler, que se encuentra ubicado en un compartimiento en la parte frontal.
«El sistema te adjudica la moto que te queda más cerca, de manera que como máximo tengas que caminar 250 metros, y con batería suficiente para realizar el recorrido que has predeterminado», explica Irene, una de las integrantes del equipo que está desarrollando este proyecto. No hay estaciones de carga ni es labor del usuario cargar la moto. «Cuando la moto se queda sin carga, nuestro propio servicio de mantenimiento se encarga de sustituir esa batería por otra, ya que son extraíbles», añade Irene, que destaca así la segunda de las peculiaridades de Motit que lo convierten en un servicio de alquiler de motos eléctricas único en el mundo
En contrapartida, este sistema requiere un extenso parque móvil para poder satisfacer la demanda de una ciudad como Barcelona, amplia y amante de las dos ruedas, por lo que a día de hoy, las 40 motos que Motit tiene en uso obligan a delimitar su radio de actuación.
Por ahora, el servicio de «moto-sharing» está disponible en siete zonas de la Ciudad Condal, acotadas por la empresa y que hacen posible la viabilidad del proyecto. Éstas son: Francesc Macià, Sagrada Familia, Glòries, Sants, Barceloneta, Aragó-Urgell y Roselló-Bruc– .
Planes de futuro
«En un futuro, la intención es ampliar la flota y entonces podremos cubrir toda la ciudad», asegura Irene. Hasta entonces, es importante para el correcto funcionamiento del servicio, que el cliente se implique y deje la moto lo más cerca posible del punto de recogida especificado por el siguiente usuario de la moto, con lo que se contemplan descuentos y reducciones en el precio del servicio para aquellos clientes dispuestos a acercar lo máximo posible la petición del siguiente usuario.
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