Barcelona

Barcelona se transforma

La Razón
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Cuando el arte en mayúsculas salta a la calle, el medio se transforma y el transeúnte se convierte en una obra maestra. El efecto simbiótico es extraordinario. No hay nada que vigorice más que sentirse una obra de arte. El ánimo sube, el asombro crece, la euforia se apodera de los corazones y la gente se vuelve más amable. Es una reacción en cadena misteriosa y extraordinaria, que sucede en muy pocas ocasiones porque en muy pocas ocasiones las autoridades permiten esta invasión del espacio público. Barcelona ahora lo ha permitido y eso siempre es algo que hay que celebrar. Es tan tonto ser artista cuando se puede ser obra de arte.

A partir del próximo mes de mayo, quien se acerque a la plaça dels Àngels, la Ciutadella o el Arco del Triunfo, las verá diferentes. Una gran instalación arquitectónica variariará las perspectivas naturales y convertirá el espacio en una extrañeza, un acto performático para los barceloneses, que de tanto mirar se han olvidado de asombrarse. Son construcciones efímeras, llenas de simbolismo, que buscan comunicar libertad y subrayar conceptos como democracia e identidad.

Bajo el nombre BCN RE.SET, la iniciativa incluirá también a las plazas del Mar, Nova, Salvador Seguí o de la Mercè. Todas sufrirán transformaciones «potentes», según manifestó ayer Jaume Ciurana, teniente de alcalde de Cultura. Los arquitectos que se han apuntado al reto son Xiaodu Lu (China), Anupama Kundoo (India), Alfredo Brillemborg (Estados Unidos), Hubert Klumper (Austria), Odile Decq (Francia), Peter Cook (Reino Unido) y el estudio Grafton Architects (Irlanda). Los proyectos van desde un muro pintado de 100 metros en la Ciutadella a un acueducto romano cerca de la plaza de la Catedral o unos alambres del Macba al Convent dels Àngels, como si fueran enormes tendederos, desde donde colgarán trescientas camisetas negras con diferentes rostros para simbolizar la diversidad de la capital catalana.

El proyecto, incluido dentro del programa municipal para celebrar el tricentenario de 1714, está comisariado por Benedetta Tagliabue, que además se ha encargado de la transformación de la Ciutadella con la colaboración de Àlex Ollé, de la Fura dels Baus. Las instalaciones, situadas en puntos próximos para posibilitar que la población recorra un circuito a pie, desaparecerán a partir del 12 de septiembre, cuando, según Tagliabue, se celebrará que Barcelona, como la leyenda del fénix, «renació de las cenizas».