Literatura

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Bienvenido a Nueva Barcelona

La éxotica y misteriosa Nueva Orleans es una de las grandes ciudades literarias, de Walker Percy a John Kennedy Toole

El centro de la ciudad es un misterioso espectáculo que en carnaval y su Mardi Gras se convierte en ciudad por completo paranormal
El centro de la ciudad es un misterioso espectáculo que en carnaval y su Mardi Gras se convierte en ciudad por completo paranormallarazon

La éxotica y misteriosa Nueva Orleans es una de las grandes ciudades literarias, de Walker Percy a John Kennedy Toole.

¿En qué se parecen Nueva Orleans y Barcelona? En muy pocas cosas, la verdad, pero una de ellas definitiva. Las dos son grandes ciudades literarias que han conseguido proyectar a la categoría de universal su propia idiosincracia local. La fuerza de la literatura es esta, hacer propio lo ajeno. Por ello la revolución siempre ha de empezar por un buen libro, poseerás cosas que no te pertenecen, pero que ya nadie te podrá quitar nunca.

El primero que hermanó estas dos ciudades en su imaginación fue el escritor Orson Scott Card, que en la novela «La ciudad de cristal» convirtió a la localidad de Luisiana en Nueva Barcelona, tras la ocupación española del país. La historia nos sumerge en los mágicos rincones del barrio francés en la que los protagonistas incluso se encontrarán con Abe Lincoln y lucharán por la abolición de la esclavitud. Ucronía llena de poderes extraordinarios, es una ficción que en la Barcelona real no se ha escrito nunca.

El nombre que primero se asocia a Nueva Orleans es John Kennedy Toole y su extraordinaria «La conjura de los necios» (Anagrama) Bajo el brazo de Ignatius J. Reilly, Toole nos llevará por toda la ciudad a través de hilarantes peripecias mientras a Ignatius se le llena la boca de su futura obra maestra. El libro demuestra que si Gurb no hubiese sido un extraterrestre, sino un barcelonés más, hubiese sido todavía más divertido. Pablo Tusset lo intentó con «Lo mejor que le puede pasar a un cruasán», pero le faltaba el aliento trágico del personaje.

El que descubrió la novela póstuma de Toole al mundo fue Walker Percy, otro niño prodigio local, que en 1961 publicaba «El cinéfilo», que acaba de reeditar Alfabia. El drama existencial de un agente de bolsa de 30 años mientras se pasea por un Nueva Orleans en pleno Mardi Gras es la versión seria de «La conjura de los necios», con Nueva Orleans como un personaje más de la trama.

Otro ilustre de la ciudad es Tennesse Williams, cuyo «Un travía llamado deseo» sucede en Nueva Orleans. Lo mismo sucede con Anne Rice y toda su saga de vampiros. Incluso hay clásicos del XVIII como «Manon Lescaut», del Abate Prevost o del XIX como «El despertar», de Kate Chopin, trágicas historias de amor y deseo, que suceden en esta ciudad tan irreal que parece un cuento.