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Exposición

«Bienvenue à Montmartre»

CaixaForum dedica una espectacular exposición a Toulouse-Lautrec y sus compañeros

La exposición tiene una espectacular puesta en escena que recrea la colina de Montmartre / Foto: Efe
La exposición tiene una espectacular puesta en escena que recrea la colina de Montmartre / Foto: Efelarazon

CaixaForum dedica una espectacular exposición a Toulouse-Lautrec y sus compañeros

Durante unos meses, CaixaForum Barcelona, además de estar situado casi a los pies de la montaña de Montjuïc, será también la colina de Montmartre, recuperando el espíritu bohemio que la hizo célebre entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Y eso puede suceder con un nombre propio como excusa y es el de Henri Toulouse-Lautrec, probablemente el pintor que mejor supo retratar el espíritu moderno parisino, además de ser uno de los responsables de haber dejado la puerta abierta a lo que sería la posterior renovación en el mundo del arte.

Pero esta no es una exposición solamente sobre Toulouse-Lautrec porque este artista está aquí acompañado de otros nombres como los de Van Gogh, Manet, Picasso, Villon o Forain, entre muchos otros. En total se presentan un total de 345 piezas procedentes de numerosos museos y colecciones privadas de todo el mundo, de las que 68 son de Toulouse-Lautrec, en lo que es una producción propia de CaixaForum Barcelona.

Gracias a una efectiva puesta en escena, la muestra nos permite adentrarnos en las callejas y las callejuelas de Montmartre, sus cabarets, como el célebre Le Chat Noir, pasando por los cafés, los teatros o el circo. Todo ello sucede en un tiempo en el que, como dijo ayer el comisario de la exposición, Phillip Dennis Cate, «la pintura solamente fue un medio para estos artistas. El arte se democratizó y se hizo accesible a todo el mundo».

Montmartre era un municipio independiente situado al norte de París. No fue hasta 1860 que se anexionó a la ciudad del Sena, convirtiéndose en su decimoctavo «arrondissement». Pero el espíritu que emanó de esta colina fue más allá de sus límites naturales para apoderarse de los grandes nombres del arte y de la literatura.

Fue Toulouse-Lautrec uno de los primeros en darse cuenta de este impacto. Eso, por ejemplo, es lo que plasma en una carta a su madre de 1886: «Me gustaría contarte un poco lo que estoy haciendo, pero es tan especial, tan “fuera de la ley”, que papá sin duda me tildaría de marginado –he tenido que hacer un esfuerzo, porque (como bien sabes) contra mi voluntad estoy llevando una vida bohemia y no logro acostumbrarme a este ambiente–».

El pintor fue el encargado de plasmar en cuadros, dibujos y carteles ese ambiente que empieza a conocer entre los muros de Le Chat Noir, punto de encuentro de jóvenes creadores, almas perdidas y de aquellos que se bebían la vida hasta sus últimas gotas. De allí surge, por ejemplo, el «fumisme», un tipo de humor practicado que protestaba por la hipocresía y la pomposidad de la burguesía parisina.

Es un París golfo y canalla en el que los burdeles están abiertos para que los pintores encuentren allí a las modelos de algunos de los cuadros que cuelgan en CaixaForum. Tampoco falta la búsqueda de inspiración en los cafés en los que se sirve una absenta que inspira un cuadro de Van Gogh.

En la exposición se recogen los espectáculos de sombras chinas que, posteriormente, llegarían a la Barcelona modernista de la mano de la cervecería Els 4 Gats, un precedente inmediato del cine. Los periódicos y las revistas del momento son también los salones de estos bohemios.

Dónde: CaixaForum Barcelona. Av. Ferrer i Guàrdia, 6-8.

Cuándo: Hasta el 20 de enero.