Toni Bolaño

Caballo de Troya

Las primarias socialistas para elegir su candidato a la alcaldía de Barcelona han llegado a su ecuador. El debate se mantenía en un dulce enfrentamiento con florete hasta que Jordi Martí sacó la navaja barriobajera y abrió un cuerpo a cuerpo con Jaume Collboni. Debe pensar Martí que Collboni es su rival y no repara en ataques. El primero «llevas 20 días pateando Barcelona y yo llevo 20 años». Hombre, señor Martí, presumir de los fracasos es de cínicos o –con respeto – de idiotas. Llevará usted 20 años pateando la ciudad pero no lo conoce ni el tato. La última encuesta sólo lo conocían dos de cada diez barceloneses. Y los últimos años de ese «pateo» como jefe de la oposición son manifiestamente mejorables, porque más que un outsider, como usted se presenta, se parece más a un animal de compañía del alcalde Trias.

El segundo ataque es que Collboni es el candidato del aparato. Mucho decir es esto cuando las diferencias de criterio entre Collboni y Pere Navarro han sido manifiestas y han acabado con el portavoz del partido relegado a simple diputado. Además, usted señor Martí era tan miembro de la ejecutiva como Collboni. Sin embargo, la acusación denota el desprecio de Martí por los militantes del PSC. Collboni ha sido el candidato que más avales ha presentado. Ese es su aval. Es candidato porque tiene apoyos. El aparato aquí pinta más bien poco. Creo, que hasta ahora, Martí no se ha quejado de trato de favor del aparato por un candidato u otro.

El tercer dardo de Martí es acusarlo de forma indirecta de no querer unas primarias abiertas. La insidia viene a cuento de la campaña independentista a favor de Martí. Bien, cierto que las primarias son abiertas, pero lo son para elegir al candidato del PSC y para conseguir que el PSC gane para la izquierda la ciudad de Barcelona. Para eso, los votantes del candidato deben ser votantes en las municipales. Sin embargo, Martí quiere ganar con trampas. Como los militantes le dan la espalda no duda en dejarse querer por una tropa –que dice ser demócrata pero que apuesta por la manipulación más despreciable– que lo votará en las primarias, pero que jamás votará PSC. No es un buen negocio, a no ser que Martí sea caballo de Troya de alguna operación política. Como Toni Comín. Está en su equipo de campaña mientras negociaba con ERC ir a las listas europeas. A modo de recordatorio, ERC todavía no tiene candidato.