Cataluña

Cae una banda que explosionaba cajeros para robarlos

Reventaba las máquinas con gas para sustraer el dinero. Se le atribuye, también, estafas bancarias y robos con fuerza en domicilios

La red criminal estaba integrada por 14 personas en su mayoría de origen chileno que actuaban en cataluña
La red criminal estaba integrada por 14 personas en su mayoría de origen chileno que actuaban en cataluñalarazon

Reventaba las máquinas con gas para sustraer el dinero. Se le atribuye, también, estafas bancarias y robos con fuerza en domicilios.

Introducían gas acetileno por las ranuras de los cajeros automáticos y una vez llenos provocaban una chispa con una batería o, en su defecto, una cerilla para hacerlos explotar. Así consiguió una banda criminal de origen chileno, que ya ha sido desarticulada, sustraer 36.000 euros de los cajeros del centro comercial de Alcampo en Sant Quirze del Vallès (Barcelona) el 23 de junio de 2016. Lo que no sabían es que esos dispensadores tienen un sistema de seguridad que cuando detecta un robo mancha de tinta los billetes para inutilizarlos. Con la misma técnica, el grupo criminal consiguió 7.300 euros un día después en Ruidellots de la Selva (Girona) y lo mismo intentaron en Badalona. Pese a que lograron explosionar el cajero no pudieron hacerse con el botín gracias a la actuación de la policía.

Los ladrones, para dificultar la actuación de los agentes en su captura, lanzaban clavos sobre el asfalto para provocar el pinchazo de las ruedas. Incluso, llegaron a cortar varias vías de acceso con colchones ardiendo y vehículos cruzados.

Catorce detenidos

Esta banda organizada se dedicaba, además, a robos con fuerza en domicilios y a realizar estafas. Sustraían documentos identificativos y tarjetas que utilizaban para sacar dinero en efectivo en las ventanillas de diferentes sucursales bancarias. Para ello contrataban a ciudadanos españoles que, a cambio de dinero, se hacían pasar por los titulares de las tarjetas de crédito.

En un principio el grupo actuaba sólo en Cataluña. Los Mossos iniciaron la investigación en abril del año pasado y finalizó el 3 de agosto, periodo en el que detuvieron a 14 personas. En el registro de sus domicilios encontraron un centenar de DNI robados, joyas, relojes, aparatos electrónicos, pinchos y clavos metálicos que utilizaban para entorpecer la persecución policial, y dinero en efectivo marcado por la tinta que emiten los cajeros cuando detectan un robo. Se les atribuye 15 robos con fuerza en domicilios y cajeros, la mayoría cometidos en las comarcas de Sèlva, Gironès, el maresme y el Vallès Occidental.

Los 14 detenidos pasaron a disposición judicial y el juez ordenó prisión para siete de ellos, que acumulaban antecedentes penales en países de la UE.

En una segunda fase de la investigación, se constató que a finales de enero la banda empezaba a actuar también en la Comunidad de Madrid. Por ello se constituyó un equipo conjunto entre los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional. En esta segunda fase, el juez ordenó el ingreso en prisión de tres integrantes.

La investigación continúa abierta para determinar si la banda ha participado en más robos y para localizar al resto de los miembros de la organización. En una atención a la prensa, el inspector de los Mossos Jordi Oller, explicó que la desarticulación de esta banda era una prioridad para la policía de todo el Estado debido a su peligroso «modus operandi» y la utilización de explosivos. «Le damos mucha importancia a este tipo de robos porque implican mucho peligro para la población, que puede quedar herida o puede afectar a los vecinos de los pisos superiores», explicó Oller.