Delincuencia
Calma tensa y desconfianza vecinal en el Raval tras el refuerzo policial
El incremento de las patrullas en las calle no disipa las inquietudes de unos residentes hartos de narcopisos
El pasado 17 de octubre la asociación vecinal Acció Raval publicó en su cuenta de Twitter un mapa de los puntos de venta de drogas y narcopisos del barrio. Eran aproximadamente una veintena en total. una iniciativa más en contra de una lacra que azota la zona desde hace mucho tiempo.
El pasado 17 de octubre la asociación vecinal Acció Raval publicó en su cuenta de Twitter un mapa de los puntos de venta de drogas y narcopisos del barrio. Eran aproximadamente una veintena en total. una iniciativa más en contra de una lacra que azota la zona desde hace mucho tiempo.
Desde ese día han pasado cosas en el Raval, con una actitud diversa entre los vecinos, que se mueven entre la incredulidad después de muchos meses de lucha y un cierto optimismo, por los refuerzos policiales que comenzaron el jueves, con más mossos uniformados.
Desde un comercio de una de las principales arterias del barrio, la calle Joaquim Costa, Antonio es de los que el vaso medio vacío. Sus palabras coinciden casi en el tiempo con el paso de una patrulla de los Mossos por esta misma vía.
«Vamos a ver cuando dura, porque no lo tenemos nada claro, hay muchas promesas, pero los narcopisos siguen ahí», lamenta. Añade que en esta calle el auge de la inseguridad en los últimos meses parece no haber afectado a los comerciantes. Una opinión que es compartida por Habeb, el propietario de una frutería que está muy cerca. Pese a que también asegura que la problemática de los narcopisos y de las numerosas reyertas que ello conlleva no han afectado su establecimiento, cree que el nuevo refuerzo policial «puede durar poco», aunque las intenciones del Ayuntamiento y de la conselleria de Interior no son las mismas.
La situación es diferente en otras calles más conflictivas del Raval, como por ejemplo la cera o Robador. Se trata de las vías más perjudicadas por los narcopisos, las reyertas que vienen provocadas por su presencia y la prostitución, que también ocasionó más de una pelea.
En estas calles los vecinos son más críticos, y, detrás de un lógico anonimato, recuerdan que existen aún, por lo menos, más de 20 narcopisos –los que están detectados por los cuerpos policiales–, pese al macroperativo del lunes. Fue el primer episodio de una semana importante para el barrio. «La desarticulación de todos estos narcopisos puede provocar un efecto contraproducente, como que ahora los drogadictos deambulen por estas calles en busca de sus dosis, y lo que es peor, sin rumbo fijo», dice un residente de la calle Robador.
¿Efecto «boomerang»?
No se trata de una opinión aislada, pese al citado aumento de la vigilancia policial que comenzó la pasada semana. Diversas asociaciones, entre ellas Acció Raval, que cada vez está ganando más fuerza, también considera que el desmantelamiento de narcopisos puede provocar una reacción para nada deseable de los traficantes de droga.
Así las cosas, una vecina anciana de estas calles teme que todo sea «operación tipo parche», que no cese la proliferación de narcopisos. «Hay más policías, y quizá más calma, pero mucha gente no se fía», insiste.
Fue el jueves cuando, después del citado acuerdo entre administraciones, comenzó el nuevo despliegue de mossos uniformados en el Raval. Fue una reacción a un importante auge de la presencia de narcopisos en el barrio, una situación que se ha degradado mucho en los dos últimos años.
La presencia de este tipo de viviendas ha provocado todo tipo de problemas, que básicamente se resumen en dos. Uno, la afectación en los inmuebles a los residentes de las mismas escaleras, Falta total de higiene, adictos en el portal, sensación de inseguridad, malestar general, serían algunas quejas de los vecinos. El otro problema es que, evidentemente, la presencia de drogadictos ha provocado un incremento de las reyertas en las calles, incluso a plena luz del día. Recientemente, hubo cuatro sucesos con arma blanca en apenas una semana. En los últimos días, el Raval ofrece una sensación quizá más tranquila, calmada, pero posiblemente se trate de algo ficticio o temporal.
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