Gastronomía
Cocina Mundana, con alto nivel gastronómico pero sin fronteras
Se trata de una gastronomía de producto, con recetas actualizadas, evolucionadas, y mediante la cual se quiere fomentar el compartir.
Se trata de una gastronomía de producto, con recetas actualizadas, evolucionadas, y mediante la cual se quiere fomentar el compartir.
Su nombre hace honor a su condición. La Mundana «es un restaurante informal, con una cocina mundana, pensada para compartir», explica su propietario Alain Guiard, socio del establecimiento junto a Marc Martí, quien sin embargo apunta que «es una cocina con un nivel gastronómico alto».
El restaurante abrió sus puertas hace dos años y medio como un vermutería, en la que principalmente se ofrecían ahumados y latas, sin embargo poco a poco, tanto por la demanda de la clientela como por las inquietudes de sus propietarios, fue evolucionando hacia lo que es hoy en día. «Hacemos una cocina para compartir, con un producto de temporada que intentamos que sea lo mejor posible y al que respetamos al máximo durante el proceso de elaboración; una cocina en la que hacemos lo que nos gusta hacer, mundana, sin límites, con mezcla de técnicas, culturas...», explica Alain para señalar que «intentamos hacer nuestra cocina, sin fronteras». «Nuestra oferta se basa en recetas actualizadas, a las que damos una evolución, una vuelta de tuerca», indica el propietario, quien a modo de ejemplo cita las patatas bravas. «Se trata de dos lingotes de patata con una salsa brava ahumada y otra con alioli, lo cual requiere una preelaboración larga».
Y toda esta oferta se presenta en dos cartas, una de elaboraciones calientes y otra de elaboraciones frías, que consta de una gran variedad de platos, todos servidos en algo más de medias raciones. «No se trata de tapas, sino de platos para compartir», indica el dueño. Cobran especial protagonismo los ahumados, preparados por ellos mismos en su ahumador, así como las brasas, hechas al Josper o bien en la brasa japonesa si se trata de productos más pequeños. Además, fuera de la carta se ofrece al comensal a diario un par de sugerencias en función del producto de mercado.
Un restaurante con energía
Así pues, la cocina de La Mundana es dinámica, viva, sin limtaciones, con actualizaciones constantes de la carta en función del producto disponible y de la genialidad de sus propietarios, y el ambiente del local transmite esa misma sensación.
Se trata de un establecimiento de reducidas dimensiones, con varias mesas de madera bajas y redondas, y dos barras, una alta con taburetes y otra más baja con sillas y enfocada a la cocina a la vista. «La idea es que el cliente venga aquí a pasarlo bien y por ello hemos apostado por un concepto con mucha energía, dinámico, con buena comida, donde compartir, con música...», explica Alain Guiard.
Y como no podía ser de otra manera en un local que nació como vermutería, en La Mundana se trabaja mucho el vermut, del que cuentan con hasta 16 tipos diferentes, y cuenta también con una importante selección de vinos naturales, ecológicos o biodinámicos.
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