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Colau anuncia mano dura contra narcopisos, hurtos y el «top manta»

El Consistorio incorporará un centenar de guardias urbanos de cara a este verano

En la imagen, una pareja de la Guardia Urbana en el emblemático y céntrico paseo de la Rambla de Barcelona, donde en agosto tuvo lugar el trágico atentado
En la imagen, una pareja de la Guardia Urbana en el emblemático y céntrico paseo de la Rambla de Barcelona, donde en agosto tuvo lugar el trágico atentadolarazon

El Consistorio incorporará un centenar de guardias urbanos de cara a este verano

La reunión de la Junta de Seguridad Local de Barcelona celebrada ayer, en presencia de la alcaldesa, Ada Colau, y del conseller de Interior, Miquel Buch, sirvió básicamente para anunciar dos novedades municipales de cara a este verano. Las dos están relacionadas con la Guardia Urbana, los Mossos d’Esquadra y con los delitos.

La medida más importante fue anunciada por Colau. Se trata de un plan de choque contra tres de los principales problemas que tiene ahora Barcelona: hurtos, narcopisos y el «top manta».

Más hurtos

Según anunció la alcaldesa, este julio se incorporarán un centenar de agentes de la Guardia Urbana, para precisamente luchar contra este tipo de delitos. Cabe destacar que los hurtos han crecido en la capital catalana este año respecto a 2017. Colau se mostró contundente y señaló que que «no habrá impunidad con los hurtos ni con ningún delito en Barcelona», en especial referencia a los narcopisos y la venta ambulante ilegal.

El otro anuncio importante de Colau es que la Guardia Urbana está realizando ya una prueba piloto para que en sus atestados por hurtos de personas que los practican habitualmente conste que se trata de una práctica reiterada, con el objetivo de que los hechos puedan adquirir una relevancia penal, y no sólo una sanción ni queden impunes.

Recordó Colau que una sentencia anuló la vía de la multirreincidencia para constatar que una persona reitera el hecho delictivo, y que tratan con la prueba piloto de evidenciar la reiteración delictiva mediante la figura judicial del delito continuado ante «profesionales que acumulan decenas y más hurtos de forma sistemática».

Esta prueba piloto se está realizando en coordinación con la Fiscalía y los juzgados, por lo que Colau se mostró confiada en que de esta manera se puedan atrapar a «esos ladrones muy regulares que intentan escudarse a nivel judicial en que estos hechos, de forma aislada, no tienen relevancia penal».

Por su parte, Buch, en su primera comparecencia pública desde que es el titular del departamento de Interior, afirmó que la alerta terrorista sigue situándose en Cataluña al nivel cuatro sobre cinco, lo que no implica la presencia del Ejército en las calles y puntos clave, pero si una mayor vigilancia por parte de los cuerpos policiales.

Este nivel de control es el mismo que en el año pasado, en el que el 17 de agosto se produjeron los trágicos antentados, el citado en Barcelona y otro en Cambrils, con un balance final de 17 fallecidos.

Añadió Buch que aunque «el riesgo cero no existe, en Barcelona, ni en ningún lugar», tanto los Mossos como la Guardia Urbana están trabajando «seria y firmemente para evitar un ataque terrorista».

Destacó que «a pesar de los efectos del artículo 155» de la Constitución, la colaboración entre ambos cuerpos policiales ha sido y es constante, ante lo que la alcaldesa señaló que este primer encuentro sirvió para «comparar datos y compartir diagnósticos y propuestas para el buen funcionamiento de la seguridad».

Objetivos

En los últimos meses uno de los problemas más graves de Barcelona es el de los narcopisos, sobre todo en el Raval. Han habido multitud de protestas vecinales y operaciones policiales.

Los hurtos cometidos en la ciudad son un problema crónico desde hace décadas. Sobre todo, son los turistas los que más sufren las actuaciones de los carteristas. Ciutat Vella acumula mitad de estas denuncias.

El «top manta» ha vuelto a aparecer, sobre todo en el Metro, en las playas de la Barceloneta y en el paseo de Gràcia.