Colau se asigna 3.728 euros al mes y no aclara a quién hará donativos

El código ético de Barcelona en Comú fija un máximo de 2.200 euros.

Ninguna cifra se hizo tan famosa en la pasada campaña municipal como la de 2.220 euros limpios al mes que prometió asignarse como salario Ada Colau en el caso de ser escogida alcaldesa de Barcelona. Colau y el resto de Barcelona en Comú –la formación que la aupó– aseguran que mantienen este compromiso, pero lo cierto es que la tabla de sueldos que planea la alcaldesa no recoge la cifra de 43.200 euros brutos al mes –la cantidad que le correspondería para recibir 2.200–, sino que es prácticamente el doble, ya que alcanza los 80.115 euros.

La izquierda radical asegura que su compromiso se mantiene, que todos sus cargos –la alcaldesa incluida– percibirán un máximo de 2.200 euros al mes y que el resto lo destinarán a causas sociales. Pero ni Colau ni sus principales colaboradores aclararon cuáles son esas causas ni cuáles son las entidades beneficiadas.

De momento, se conforman exhibiendo el recorte que han efectuado respecto a la época de Xavier Trias, cuyo sueldo –el mayor de un alcalde en toda España– era de 110.000 euros. Precisamente el grupo de CiU se opuso ayer a realizar nuevas rebajas entre los altos cargos. La portavoz adjunta de CiU, Sònia Recasens, subrayó que ya se congelaron las nóminas en 2008 y, a continuación, se bajaron en 2010 y 2012. «Si quieren, que después se apliquen su código ético», afirmó, irritada, Recasens.

No son los únicos aspectos que levantan ampollas entre el Gobierno –con 11 de los 41 concejales del Ayuntamiento– y la oposición. A cinco días de celebrarse el primer pleno ordinario del mandato, no hay acuerdo para el cartapacio municipal. Tras horas de negociaciones, el equipo de Colau y la oposición siguen sin ponerse de acuerdo sobre cuál debe ser la composición de los consejos de administración de las empresas públicas y el cuadro de retribuciones de los concejales.

Tampoco hay acuerdo sobre una cuestión que se ha negociado en paralelo, el reparto de asesores entre los grupos políticos. El PP sigue discrepando sobre esta cuestión y el reparto de las comisiones y presidencias. Al resto de grupos les parece bien la última propuesta de la alcaldesa de que el Gobierno se quede con 52 asesores y la oposición, con 40. La portavoz del PP, Àngels Esteller, alega que los populares necesitan más de cuatro asesores para garantizar una mínima operatividad de los grupos. Entiende que con este recorte se pretende «silenciar a la oposición».

Sobre las retribuciones, BComú insiste en que la rebaja del sueldo de la alcaldesa es del 27 por ciento y subraya que el recorte será de aproximadamente el 20 por ciento para el resto de cargos (la horquilla va del 15 por ciento de los presidente de los consejos de distrito al 24 por ciento de los tenientes de alcalde).

Excepto la CUP, ningún grupo acepta la propuesta. Los representantes de CiU, Sònia Recasens; el PSC, Carmen Andrés; de Ciutadans, Paco Sierra, y del PP, Estellers, comparten que la congelación y rebaja de los años anteriores ya es suficiente. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, alegó que «las cosas se han movido mucho desde la semana pasada» y añadió que confía en llegar a un acuerdo entre hoy y el lunes.

Sin pluralidad

El escollo más grande sigue en la representación de la oposición en los consejos de administración de las cinco empresas municipales. Históricamente, aunque el Gobierno estuviera en minoría tenía la mayoría, pero la oposición propone ahora que haya la misma representación que en el pleno. BComú, con once de los 41 concejales en juego tendrían un papel débil al frente de las empresas municipales, algo que Pisarello dice que por ahora no aceptan.

El concejal de Ciudadanos (C,s), Paco Sierra, acusó a Colau de «tics autoritarios» por no ceder a las pretensiones de los grupos de la oposición en la conformación de las responsabilidades.