Condena de 13 años por el crimen de la Mar Bella

La Audiencia de Barcelona condenó a trece años y medio de prisión al acusado de ahogar a una menor de quince años en la playa de la Mar Bella de Barcelona en 2013.

La Audiencia de Barcelona condenó a trece años y medio de prisión al acusado de ahogar a una menor de quince años en la playa de la Mar Bella de Barcelona en 2013 como autor responsable de un delito consumado de homicidio.

Según la sentencia, el tribunal le condena a no acercarse a menos de un kilómetro a la madre y hermano de la víctima, y a indemnizarles con 200.000 euros.

Según los hechos probados recogidos en la sentencia, la madrugada del 28 de abril de 2013 Gilson C.M. sumergió en el mar a la víctima, en un espigón de la playa de la Mar Bella, adonde acudieron juntos, «con el propósito de acabar con la vida» de la menor o al menos asumiendo o aceptando que ese resultado podría ser consecuencia de su acción.

Insuficiencia respiratoria

La joven murió de una obstrucción bronquial que a su vez causó una insuficiencia respiratoria aguda, y a continuación el acusado ocultó el cuerpo en un hueco de las rocas del espigón, que fue hallado el 6 de mayo del mismo año.

Para cometer el crimen, Gilson C.M. «se ayudó de que la menor tenía parcialmente mermados sus reflejos como consecuencia de la ingesta de las bebidas alcohólicas» que él mismo le había ofrecido” así como de la diferencia de edad, complexión, y que esa zona, de madrugada, era un paraje solitario.

El magistrado presidente constató que existió prueba de cargo contra el acusado, aportada en el juicio con todas las garantías legales, y que las conclusiones del jurado se fundan en una prueba «existente, lícita y de contenido incriminatorio suficiente para desvirtuar el principio de presunción de inocencia».

Considera que la motivación del jurado, aunque «de difícil y compleja decisión, al basarse de prueba indirecta o indiciaria, y además fundada en los escasos indicios que las acusaciones han podido aportar, la conclusión obtenida por el jurado no se escapa a las reglas de la lógica y la experiencia común ni deja abierto un amplio margen de alternativas, que, más allá de metafísicamente posibles, sean razonables». Entre los elementos que les llevaron a esta conclusión están las contradicciones del acusado, que se descarta el suicidio o accidente –llevaba las manos atadas con su sujetador– y que él mismo declaró finalmente que estuvo en la playa de la Mar Bella.

En su interrogatorio como acusado en el juicio, Gilson C.M. negó ser el autor del crimen, pero admitió mentiras en el interrogatorio de los Mossos.