Cuando el pollo era el alimento más exótico

Cuando los griegos introdujeron el pollo en la península Ibérica, aquel extraño manjar parecía obra del diablo, un alimento exótico y extraño. Hasta hace 50 años, más o menos, era un festín de domingo y de grandes celebraciones. Ahora es un produto masivo de consumo y hay quien todavía es capaz de reinventarlo, como las célebres croquetas líquidas de Ferran Adrià. Sin los griegos, estas exóticas croquetas no existirían. Porque lo que hoy es tradición, en algún momento fue innovación, y de las grandes, de las que cambian la vida de las personas.

El Museo de Arqueología de Cataluña presenta la exposición «El geni culinari», un repaso a las grandes innovaciones de la historia de la alimentación desde el paleolítico a la llegada de los íberos. El propio Adrià, acompañado por Eudald Carbonell y el conseller de Cultura, Santi Vila, inauguraron una muestra que nos lleva a un viaje en un apasionante viaje en el tiempo para descubrir que somos la imagen líquida de nuestros antepasados.

Primero fue el cuchillo

La primera gran innovación en el mundo de la cocina fue el cuchillo, auténtica revolución que permitió no sólo cazar, sino, quizá más importante, cortar y repartir la comida. El segundo gran avance fue el fuego, que inició los alimentos cocidos y suavizó su agresividad para los dientes. Así siguieron unos y otros, hasta que en el 900 a de Cristo se produjo un avance realmente revolucionario, la introducción de los alimentos líquidos, la invención de la primera sopa, que al principio eran muy sencillas, como de tomillo. Ahora, ancianos y niños, con dificultades para masticar, podían comer sin dificultad.

La muestra, a través de cerámicas, vasijas, huesos y diferentes materiales recontruye esta apasionante historia de los inicios de la cocina que no dejará indiferente a nadie. «No hay dicotomía entre tradición e innovación. Hemos querido mostrar los avances alimentarios en la prehistoria para demostrar que la línea del tiempo es continua. Sin el molino de piedra, hoy no tendríamos coca de recapte», afirma Lluís García, comisario de la muestra.

Dónde: Museo de Arqueología de Cataluña. Pg de Santa Madrona, 39.

Cuándo: Hasta el 26 de junio.