Arte, Cultura y Espectáculos

Cuando el vídeo era el rey

El Macba acoge en el Convent dels Àngels una retrospectiva de los trabajos del artista venezolano Antonio Hernández-Díez, con obras de entre 1988 y 1994

La exposición «No temeré mal alguno» busca la conjunción con el espacio y la historia del Convent dels Àngels sumergiéndose en una «nueva iconografía cristiana»
La exposición «No temeré mal alguno» busca la conjunción con el espacio y la historia del Convent dels Àngels sumergiéndose en una «nueva iconografía cristiana»larazon

El salto de los años 80 a los 90 marcó un estrépito dentro del mundo del arte que varió toda su geografía. Ese fue precisamente el momento en que se fraguó el que sería el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), que abría sus puertas en noviembre de 1995. Muchas cosas han cambiado dentro del contexto artístico desde entonces, sobre todo a nivel tecnológico. Hablar ahora de vídeo analógico parece referirse a un estudio arqueológico, por ejemplo. Incluso un joven que vea una televisión de antaño pensará que exhiben la cabeza del traje de un buzo. Aún así, no se puede entender el arte contemporáneo sin pasar por esa época.

Dentro de este contexto, el museo presentó ayer la exposición «No temeré mal alguno», una retrospectiva de la primera etapa creativa del artista venezolano, afincado en Barcelona, José Antonio Hernández-Díez. Son obras enmarcadas entre los años 1988 y 1994, en el que el artista trabajaba, sobre todo, en instalaciones con el vídeo experimental como protagonista. Son una decena de piezas en las que Hernández-Díez reflexiona sobre la muerte, la resurección y la conciencia, creando un diálogo con el espacio del Convent dels Àngels. «Cuando llegó el digital, dejé de interesarme por el vídeo, pero sigue interesándome el desarrollo cotidiano con la tecnología para crear una nueva iconografía cristiana», afirmró ayer Hernández-Díez.

Entre las piezas destacan la reproducción de una tumba en una especie de casa de hormigas en la que abajo, una pantalla muestra lo que sería el interior de un ataúd o la reproducción de un corazón motorizado en el exterior por una vieja batería. También hay que destacar la instalación de un perro disecado dentro de una vitrina de la que surgen cuatro largos guantes de látex.

La muestra también añade un trabajo realizado expresamente para la exposición, bautizada como «Filamentos», que crea un diálogo interesante entre pasado y futuro contruído a partir de filamentos de bombillas. «La industrialización permite mil variantes. Las bombillas iluminaron el mundo, salvo en las iglesias. Aquí quería introducir la bombilla en los espacios sacros. Hay que entender esta pieza como una especie de eco conceptual de las anteriores», aseguró Hernández-Díez.

Dónde: Macba, Convent dels Àngels. Plaça dels Àngels, 1.

Cuándo: Del 18 de marzo al 26 de junio.