Cuando paliar los efectos del turismo significa fomentarlo

Colau utiliza la tasa turística para tapar agujeros en lugar de destinarla a los barrios.

El Ayuntamiento de Barcelona presentó ayer un nuevo paquete de medidas por valor de 897.153,63 euros que se financian gracias a la tasa turística. Un gravamen que, desde su creación, ha estado rodeado de polémica. Una vez superadas las trabas del sector a incorporar un nuevo impuesto, la Generalitat se reservó un as en la manga. El gobierno catalán es especialmente tozudo en reclamar más competencias a Madrid en materia de impuestos, pero no aplica la misma medicina. Barcelona apenas puede disponer del 33 por ciento de lo que genera la tasa turística, unos 22 millones. Por lo que ayer, el acalde accidental, Jaume Collboni, aprovechó para reclamar la totalidad del gravamen.

En cualquier caso, este impuesto debe destinarse para paliar los efectos que el propio turismo tiene sobre la ciudad, en teoría. En la práctica, las medidas presentadas ayer tienen un destino muy diferente. La mayor parte de la inversión anunciada irá destinada a conectar la megafonía de las playas de Bogatell, Mar Bella, Nova Mar Bella y Llevant, que supondrá una inversión de 207.000 euros. El segundo bloque de inversiones también se dedicará a las playas para mejorar los puntos de información.

Al respecto, el concejal del PP Javier Mulleras lamentó que «Collboni haga trampas con el impuesto turístico, y anuncie inversiones por valor de 900.000 euros en Barcelona, el 4 por ciento de lo que se recauda en Barcelona, que no es más que un importe residual que no implica una mejora de la calidad de vida de los vecinos afectados por el impacto del turismo». Además, criticó que «el gobierno de Colau y Collboni en lugar de usar la recaudación de este impuesto de forma finalista en medidas relacionadas con el turismo y su afectación a los vecinos, lo utiliza en inspecciones de terrazas, una actuación administrativa que deberían hacerse de oficio al margen de estas partidas económicas, o en aportaciones de 100.000 euros al festival del Sónar, un gasto que corresponde al ámbito de promoción económica de la ciudad».

El paquete aprobado también incluye proyectos para aplicar las tecnologías de la información a mejorar la experiencia turística. Así, se dedicarán más de 100.000 euros a la creación de una plataforma «contactless» de parques y jardines para poder acceder con el móvil a la información sobre las zonas verdes de Barcelona. También se invertirán 80.000 euros a una aplicación de móvil sobre las rutas urbanas verdes, y ampliará la experiencia ya existente en Montjuïc. Otra de las intervenciones que se financiará con la tasa turística es la de la mejora de la accesibilidad al patrimonio cultural de la ciudad, que costará 60.000 euros.

Para promover la captación de turismo interior, se hará un proyecto de visitas guiadas por Sants, Hostafrancs y la Bordeta, para dar a conocer el patrimonio artístico de sus fiestas mayores. En Gràcia, se redactará el proyecto de pacificación de las calles de las Carolinas y de Aulestia y Pijoan, donde está la Casa Viçens.