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David Russell homenajea a Granados

El aclamado guitarrista, con un premio Grammy, inaugura en el Palau el ciclo «Maestros de la guitarra», que también cuenta con nombres como Aniello Desiderio o Manuel Barrueco.

El escocés David Russell con su inseparable guitarra
El escocés David Russell con su inseparable guitarralarazon

El aclamado guitarrista, con un premio Grammy, inaugura en el Palau el ciclo «Maestros de la guitarra», que también cuenta con nombres como Aniello Desiderio o Manuel Barrueco.

La guitarra clásica tiene un lastre ridículo, el de ser considerado un instrumento menor, un farragoso litigio que en pleno siglo XXI parece más desfasado que nunca. Es cierto, no tiene la claridad y ni el impacto emocional directo del piano, ni la hermosa vibración y el sin aliento del violín, pero posee un dramatismo matemático y una exaltación narrativa mucho mayor. El problema es que para conseguir ese efecto necesita tiempo y atención, un lujo que hoy parece que pocos desean regalar.

Uno de los que hacen fácil dejarse rendir por la belleza de la guitarra es el escocés David Russell, que hoy vuelve a Barcelona, en concreto al Palau de la Música, para inaugurar una nueva edición del ciclo «Maestros de la guitarra» que hasta marzo incluirá maestros como el napolitano Aniello Desiderio, Jesús Guerrero, el croata Zoran Dukic o Manuel Barrueco, guitarrista con una consolidada carrera en Estados Unidos.

Russell, que ha vivido la mayor parte de su vida en Menorca, y está casado con una gallega, todavía recuerda con cariño como, cuando no era más que un joven músico con muchos sueños, se presentó en el Ateneu Barcelonés y arrancaba una carrera que hoy tiene el reconocimiento de todo el mundo. Desde joven estuvo en contacto con la música española y ahora ha decidido homenajear a Granados, en la celebración del centenario de su nacimiento. «Son extraordinarias composiciones», reconoce. Además de Granados, en el programa de esta noche tocará piezas de Kuhnau, un contemporáneo de Bach, y de J.C. de Arriaga.

Russell reconoce que siempre se ha mirado con cierto descrédito a la guitarra, algo que comprende, pero por supuesto no comparte. «Es un instrumento muy frágil, que requiere de una gran concentración para escucharlo, ya sea para seguir a Bach o una obra de Francisco Tárrega. Hoy lo que se premia es la satisfacción inmediata y los guitarristas eso no lo ofrecemos», asegura.

La dificultad del principio es proporcional a la satisfacción adquirida al finalizar. «He visitado todo el mundo y no he encontrado auditorio en el que el público no acabe de pie y emocionado», señala.

El ciclo, del que el 75 por ciento del público son turistas, llega a su quinta edición consolidado y abriéndose más al público local, con propuestas de un claro atractivo cultural.

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