Nueva York

Desnudando a Picasso

El Museo de la Erótica de Barcelona trata de iniciar una nueva etapa con la adquisición de dos grabados originales del artista malagueño

«Guiño en el baño turco», uno de los dos grabados que se incorporán ahora a la colección del museo barcelonés
«Guiño en el baño turco», uno de los dos grabados que se incorporán ahora a la colección del museo barcelonéslarazon

El erotismo fue uno de los temas fundamentales de la producción plástica de Pablo Picasso, a la misma altura que otras pasiones que se colaron en su obra como la tauromaquia. Es lo que se puede ver en algunos de sus dibujos de juventud, realizados en Barcelona o París, con escenas de algunos de los burdeles que frecuentaba con sus amigos de armas artísticas, una línea que acabaría desembocando como gran tema en «Las señoritas de Aviñón».

La ingente producción gráfica tampoco se escapó de estas obsesiones. En ella destaca la llamada «Suite 347», realizada entre el 16 de marzo y el 5 de octubre de 1968, en un momento en el que Picasso, pese a su vejez, seguía manteniendo una envidiable capacidad creativa. Dos de los grabados de esa serie forman parte desde ayer de la colección permanente del Museo de la Erótica de Barcelona. Son las estampas que llevan por título «Guiño al baño turco» y «Carro romano con amazona cayéndose, mujer desnuda y espectadores».

Ambas piezas, adquiridas en un anticuario barcelonés, contienen elementos que el genio malagueño fue recogiendo en muchos de sus trabajos. El título de uno de estos grabados, «Guiño en el baño turco», apunta a uno de los cuadros más admirados por Picasso y con otro baño barco como tema principal. Es el que pintó Dominique Ingres y que hoy se conserva en el Louvre. Al padre del cubismo le gustaba la delicadeza con la que el artista romántico dispuso a las protagonistas de la tela. Algo de eso se cuela en la pieza que forma parte de la «Suite 347», en el que todo el protagonismo es para la figura femenina en una escena de marcada sensualidad. Hay también, en este sentido, la intención del artista por llenar de cuerpos femeninos desnudos toda la composición, haciendo protagonistas a cada una de las mujeres que él ha trazado.

En el otro grabado, protagonizada por una exuberante modelo, Picasso emplea todos sus trucos como grabador, además de introducir elementos que le fascinaban. De nuevo, parece inspirarse en otro artista admirado, en este caso en Nicolas Poussin para el personaje del carro romano. La amazona que está cayéndose es un retrato de Jacqueline Roque, su última esposa y musa.

Estas dos piezas quieren ser el símbolo de la nueva etapa del museo dedicado al erotismo y situado en el corazón de las Ramblas. La directora del centro, Sigird Cervera, comentó ayer que próximamente se presentarán nuevas adquisiciones, en esta ocasión firmadas por Salvador Dalí. A ello se le suma la posibilidad de empezar a colaborar conjuntamente con otros museos dedicados a esta temática, como el de Nueva York.