Detenidos cuatro jóvenes por una agresión con machetes en el metro de Barcelona

Es conocido que los delitos cometidos en el metro de Barcelona se han reducido sensiblemente, en parte por la decisión de las administraciones de colocar a patrullas mixtas de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana en estas instalaciones. No obstante, se siguen registrando graves episodios aislados, como el que salió ayer a la luz.

Los Mossos detuvieron el 20 de junio a cuatro jóvenes, y denunciaron a otros tres más por increpar y agredir a otro grupo en el metro, uno de los cuales fue herido gravemente con un machete lo que puso en riesgo su vida. Los detenidos están acusados de ser los presuntos autores de un homicidio doloso en grado de tentativa. También les imputan los delitos de lesiones y daños.

Los hechos ocurrieron el 8 de marzo, después de que un grupo de jóvenes saliera de una discoteca. Cuando caminaban por la calle, y sin que se sepa el motivo, otros jóvenes les lanzaron piedras y los persiguieron hasta una estación del metro donde intentaron refugiarse.

Los agresores alcanzaron al grupo, y una vez dentro del vestíbulo empujaron y tiraron al suelo a dos de los jóvenes a los que golpearon violentamente con patadas y puñetazos. En ese momento, según la versión de los Mossos, uno de los agresores empuño un machete y agredió a uno de los perseguidos, al que le causó cortes profundos en diversas zonas de su cuerpo que pusieron en riesgo su vida. Los acusados quedaron en libertad con cargos.

Cuatro años después de su puesta en marcha, en verano del 2011, el citado dispositivo Xarxa de vigilancia conjunta de la Guardia Urbana y los Mossos en el metro de Barcelona y en las líneas urbanas de Ferrocarrils de la Generalitat puede hacer, pese a esta nueva agresión, un buen balance. A falta de datos exactos del último ejercicio, hasta 2014 el número de hechos delictivos en el suburbano pasó de los más de 26.300 que se registraron un año antes de la aplicación de esta fórmula de patrullaje a poco más de 17.000 en el período de julio de 2013 a junio de 2014, lo que supone un descenso de un 32 por ciento. La mayor presión policial contra los carteristas que actúan en el metro ha tenido un efecto disuasorio, aunque ahora la asignatura pendiente parece ser el «top manta», que ha resurgido.