Cómic

«Dicen que mi dibujo es de ingeniero y no sé si eso es un insulto o un elogio»

El nombre de Vittorio Giardino es sinónimo de uno de los grandes maestros del cómic europeo actual. El autor italiano es uno de los principales invitados del Salón Internacional del Cómic de Barcelona que abrió ayer sus puertas hasta este domingo

Vittorio Giardino
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El nombre de Vittorio Giardino es sinónimo de uno de los grandes maestros del cómic europeo actual. El autor italiano es uno de los principales invitados del Salón Internacional del Cómic de Barcelona que abrió ayer sus puertas hasta este domingo.

El nombre de Vittorio Giardino es sinónimo de uno de los grandes maestros del cómic europeo actual. El autor italiano es uno de los principales invitados del Salón Internacional del Cómic de Barcelona que abrió ayer sus puertas hasta este domingo. Giardino habló ayer con este diario.

Se acaba de publicar en un solo volumen las andanzas de su detective Sam Pezzo. ¿Cómo recuerda esa creación?

Fue mi primer personaje, así que visto hoy no me parece que fuera un trabajo perfecto. Es una obra que nace de mi gran amor hacia la novela negra estadounidense. Pero también me interesa el personaje para poder hablar de la situación que vivía Italia en los años 70 y 80.

Siguiendo esta línea, en alguna ocasión ha hecho pública su deuda a Chandler y Hammett.

Sí, así es. Los dos son autores a los que he leído siempre. De Chandler y Hammett me he leído todo lo que se ha publicado traducido al italiano.

Sam Pezzo es un investigador, al igual que otro de sus personajes más queridos: Max Fridman.

En parte sí y no. En las aventuras de Max Fridman siempre hay un misterio que descubrir, pero no es eso lo más importante porque los hechos que se narran están relacionados con una historia general. Por eso, considero que Max Fridman es más un testigo que un investigador.

Durante nueve años trabajó como ingeniero hasta pasar al cómic. ¿Cree que ese primer trabajo se ha filtrado en sus viñetas?

Pues seguramente que se ha filtrado. Se da el caso que muchos dicen que mi dibujo es el propio de un ingeniero y todavía no sé si eso es un insulto o un elogio. (Risas) En todo caso creo que esa influencia está más en la precisión de lo que escribo que en lo que dibujo. Por eso, como ingeniero para mí es muy difícil imaginar una serie de ciencia-ficción.

Usted tiene una formación autodidacta como dibujante.

Sí, es correcto. Aún no sé que es lo que me llevó a dedicarme a dibujar. A los cuatro años leía muchas historietas y dibujaba mucho. Mi madre era la encargada de leerme los bocadillos de estas historietas- Hubo un momento que me los sabía tan bien que cuando mi madre iba deprisa y se saltaba algo le llamaba la atención.

En no pocas ocasiones ha evidenciado su amor por el cómic. Recuerdo sus citas a Hugo Pratt o su homenaje a Little Nemo de Winsor McCay. ¿Quiénes son sus referentes?

Hay muchos. Los primeros fueron Carl Banks y Ub Iwerks, los creadores de Donald Duck y Mickey Mouse. Claro, en esa época primera mía, se decía que era Walt Disney quien dibujaba esos personajes, pero no era así. Ellos fueron mis primeros héroes de pequeños. Hugo Pratt, en concreto su Corto Maltés, que fue muy importante gracias a saber demostrar que sus historias se pueden contar cosas complicadas. Igualmente, como profesional, tengo que citarle a Moebius, pese a que su estilo pueda parecer tan opuesto al mío. Sin Moebius «Blade Runner» habría sido imposible.

¿Continúa leyendo a estos autores?

Por desgracia están muertos, pero sí, acudo a ellos porque son una vieja escuela.

¿En qué trabaja actualmente?

Estoy de promoción por todo el mundo, pero cuando pueso trabajo en la que será una nueva historia de Max Fridman. No le puedo contar mucho salvo que viajará por ciudades como Viena, Ginebra, Niza o Tel Aviv en un mismo periodo histórico.