Barcelona
Disfrutar del pescado a la brasa con las mejores vistas
El restaurante Marea Alta apuesta por una oferta única en Barcelona en un entorno exclusivo, con vistas a toda la ciudad.
El restaurante Marea Alta apuesta por una oferta única en Barcelona en un entorno exclusivo, con vistas a toda la ciudad.
Si unas vistas de 360º de la ciudad de Barcelona desde la altura pueden ser un gran reclamo para locales y turistas, la posibilidad de gozar de ellas mientras se disfruta de una cocina basada en el pescado a la brasa son una apuesta segura y es aquí precisamente donde reside el atractivo del restaurante Marea Alta, ubicado en la planta 24 de la Torre Colón.
«Las vistas son el regalo», asegura Enrique Valentí, uno de los socios del establecimiento, quien señala que el Marea Alta es un restaurante y, como tal, debe encandilar al comensal con su oferta gastronómica, un oferta basada en el pescado a la brasa. «Ésta es una oferta que faltaba en Barcelona, donde no abundan los restaurantes de pescado y no hay ninguno dedicado al pescado a la brasa», señala el propietario, quien especifica que «se trata de una cocina al estilo del País Vasco, concretamente de la zona de Guetaria». «Aquí llegan las piezas enteras, frescas, se cocinan a la parrilla y se sirven solas; los platos no suelen llevar guarnición, sólo cuando lo requieren», explica Valentí para a continuación señalar que «buscamos el máximo purismo»·
Y es que el Marea Alta apuesta por un pescado de calidad mínimamente manipulado para respetar al máximo su sabor y esencia, de manera que es imprescindible que la materia primera sea fresca y excelente. Es por ello que el restaurante no abre ni domingo ni lunes, cuando no llega pescado fresco al mercado, y varía su carta a diario en función del producto disponible, una carta que al margen de los producos del mar incluye también alterantivas como la carne.
Éste es pues un establecimiento en el que disfrutar al máximo del pescado y en este contexto apuesta por una máxima interacción entre el comensal y el plato, de manera que suelen servir las piezas enteras para que sea el cliente quien las limpie y manipule. «Queremos convencer al cliente de que juegue con el pescado», comenta al respecto Valentí, e incluso, «si es necesario, que lo toque con las manos», una manera de hacer que va en consonancia con el concepto de restaurante que se ha querido crear, un establecimiento que huye de la opulencia y busca informalidad.
En esta misma línea, el interiorismo del Marea Alta, en el que la vajilla simula un pez y descansa directamente sobre la mesa, sin mantel, recrea el interior de un barco acorde con el tipo de gastronomía que ofrece, sin embargo no pretende escenficar una embarcación de lujo tipo yate, sino que recuerda al típico barco industrial. Así, predominan los colores azul y blanco, pero también el amarillo propio de las gruas del puerto, y sorprende la ausencia de objetos decorativos característicos del mar o los barcos. Y es que en este establecimiento se ha apostado por una decoración de carácter conceptual de manera que ésta no atraiga la atención del comensal. En este sentido, Valentí señala que «el mejor interiorismo del Marea Alta son las vistas por eso no queremos distraer la atención del comensal con ningún objeto, como un timón». Así, desde cualquiera de sus mesas, dispuestas al perímetro, o bien desde la barra ubicada frente al ventanal que da al puerto de Barcelona, en la que hay unos prismáticos para que «el comensal pueda jugar», el cliente puede disfrutar de las vistas.
Pero la experiencia en este establecimiento no acaba aquí y es que, en su planta inferior, cuenta con una coctelería o bar de día, como a ellos les gusta llamarlo, ya que se presenta como un lugar en el que tomar algo a cualquier hora, ya sea disfrutando de las vistas desde su interior como desde su íntima y tranquila terraza.
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