Gastronomía

Donde cultura y gastronomía se unen para hacer divulgación científica

El Observatorio Fabra ofrece experiencias gastronómicas en las que, tras la cena, el comensal se adentra en el mundo de la astronomía

Las noches son una experiencia reveladora con un menú con productos de proximidad y gran inventiva que hará las delicias de todos los amantes de la cocina / Efe
Las noches son una experiencia reveladora con un menú con productos de proximidad y gran inventiva que hará las delicias de todos los amantes de la cocina / Efelarazon

El Observatorio Fabra ofrece experiencias gastronómicas en las que, tras la cena, el comensal se adentra en el mundo de la astronomía.

En los últimos años, el mundo de la restauración se ha tenido que ir reinventando para satisfacer la demanda de un público cada vez más inquieto y exigente. Ahora parece que ya no es suficiente con una oferta gastronómica atractiva, sino que el comensal busca más, busca una experiencia única. Y en este sentido, la del Observatorio Fabra cumple con las expectativas gracias a su propuesta Sopar amb Estrelles, que del 8 de junio al 7 de octubre vive su 15ª edición.

«Es una experiencia gastronómica y a la vez cultural», señala Marc Granero, coordinador de proyectos de Sternalia, empresa que gestiona la actividad, quien recuerda que en esencia, «es un proyecto de divulgación científica de la Academia de Ciencias y Artes de Cataluña e impulsado por la Obra Social ‘la Caixa’». Y indica que «si bien la divulgación científica por sí sola es poco atractiva, la cocina es un aliciente». El chef Miquel Guimerà es el responsable de esa oferta gastronómica que ha de atraer al público hacia la ciencia y la cultura, una oferta basada en la cocina mediterránea, de producto; pensada, trabajada y elaborada pero, a la vez sencilla, sin pretensiones. Ésta se presenta en forma de menús, que cuentan todos ellos con unos entrantes, un primero, un plato principal y el postre, que consiste en una esfera de chocolate y praliné de avellanas y crumble, así como vino.

El menú más económico es el Observatorio -por 71 euros- con un ceviche de pulpo y berberechos como entrantes, seguidos de un bacalao con puré de setas y a continuación la ternera a 65º de cocción con parmentier de calabaza. El menú vegetariano cuesta lo mismo y ofrece licuado de melón y tataki de sandía para empezar, un risotto de ceps como primer plato, y las tres texturas de espárragos con salsa romescu de segundo. El menú de las Estrellas parte de la base del menú Observatorio pero incorpora además como entrantes una roca de parmesano bañada en polvo de oro y el dado de atún micuit, mientras que el segundo plato es un solomillo de ternera con pan de especies, lo cual sube el precio hasta los 98,5 euros. Respecto al anterior, el Gastronómico sustituye el bacalao por un bogavante con ensalada de brotes y vinagreta de cítricos y cuesta 119 euros.

En cualquier caso, los menús se adaptan a la experiencia y hacen un guiño a la astronomía, de ahí, por ejemplo, que el diseño del postre simule un planeta. Y es que la cena es la antesala de la experiencia científica. Hacia las 22.00 horas, mientras los comensales están aún con el café, da inicio de la conferencia de algún ponente de renombre, habitualmente algún astrónomo. Todo ello tiene lugar en la terraza, con una vistas impresionantes sobre la ciudad, pero a la conclusión de la conferencia, los visitantes se dividen en tres grupos y pasan al interior del edificio, que data del 1904 y está catalogado, en cuanto a la protección de su patrimonio, como la Sagrada Familia, para iniciar la visita cultural guiada a través del museo y la sala modernista y la observación astronómica en la cúpula, durante la cual se pueden observar cuerpos celestes a través del telescopio y en cuya terraza se puede disfrutar de una vistas de 360º.