Cataluña

El 43 % de los centros escolares de Cataluña ya innovan en las aulas

La mitad de los profesores cree que para el futuro es más válido formar personas que alumnos de 10.

Varios alumnos en un aula de la Comunidad
Varios alumnos en un aula de la ComunidadlarazonLa Razón

La mitad de los profesores cree que para el futuro es más válido formar personas que alumnos de 10.

¿Tiene sentido que los niños de hoy en día memoricen en clase el significado de «catáfora» o la lista de los Reyes Godos cuando con un click tienen la respuesta en Google? La nueva revolución industrial protagonizada por los robots está sacudiendo los cimientos de la educación en todo el mundo. Un niño que el próximo curso empezará P3 pasará 15 años en el colegio. Si continúa sus estudios, cuando entre el mercado laboral puede que sea ya el año 2040. El mundo en el que vivirá no tiene que ver nada con el nuestro. Visto lo visto en el Mobile World Congress, puede que sus compañeros de trabajo sean robots y para competir con la inteligencia artificial deberán ser más humanos y creativos que nunca. Los profesores coinciden, hemos de centrarnos en formar personas. A la pregunta de ¿qué ha de tener un joven para que le vaya bien la vida?, más de la mitad de los docentes catalanes, un 54 % señala que «saber convivir y tener valores». Es la respuesta más repetida, junto a hábitos de trabajo y de esfuerzo, y creatividad y espíritu crítico. Sólo un 8 % menciona una buena preparación académica. Aunque como lamenta el presidente del European Forum on Educational Administracion, Xavier Chavarría, «en España no se evalúan estas enseñanzas competenciales para la vida», cómo sí Hacen Holanda o Noruega.

En plena primavera pedagógica, la Fundació Jaume Bofill ha preguntado a los docentes (profesores y directores de centros educativos) cuáles son sus expectativas con la idea de tener en cuenta sus necesidades a la hora de rediseñar el sistema educativo. Porque, como dice el director de la fundación, Ismael Palacín, «a golpe de decretos no se cambia un sistema educativo, si los decenas de miles de profesionales (80.000 en Cataluña en las etapas obligatorias) no creen en él».

En el primer Edubarómetro han participado 3.123 docentes de centros públicos, concertados y privados. La idea es hacer más encuestas para ir elaborando una radiografía del sistema educativo a partir de la que innovar. Por ejemplo, los profesores han señalado qué áreas se han resentido más de los recortes. Palacín recordó que en 2014 se invirtió un 21,7 % menos en educación que en 2009, antes de que la crisis causara estragos. Un 54 % señala que se ha resentido, y mucho, la atención a los alumnos con necesidades especiales y un 22 % las tutorías, dos áreas que afectan a la formación humana. En segundo lugar, un 41 % denuncia que los recortes también han afectado a la innovación y un 37,2 % a la calidad de la enseñanza.

«La educación ha mejorado»

Pese a los recortes, los docentes aprueban con nota la educación en Cataluña con un 6,2. Su puntuación es coherente con los resultados de los últimos años, se ha reducido la tasa de abandono escolar, hay más alumnos que se gradúan y mejora ligeramente el rendimiento de los alumnos. La directora del área de investigación de la Fundación Bofill, Mònica Nadal, destacó que «los docentes se han volcado para que los alumnos no sufran los recortes». Pero como demuestra la encuesta reclaman más recursos y tiempo para innovar. La mayoría de los docentes están implicados en la primavera pedagógica. Un 64 por ciento requiere a sus centros que apuesten más por la innovación. Un 30 % se muestra entusiasta con la innovación y señala la revolución pedagógica como uno de los retos principales de las escuelas. Un 31 %, más pragmático, prefiere combinar métodos innovadores con metodologías tradicionales y sólo un 0,8 % considera que la escuela no tiene que cambiar.

La encuesta refleja que el 43 % de los centros ya están inmersos en procesos de cambios. Para avanzar hacia una enseñanza que deje atrás el fordismo educativo, clase magistral de matemáticas, timbre, clase magistral de lengua, timbre ... necesitan tiempo, más recursos por parte de las administraciones y más cultura de trabajo colaborativo entre docentes. Los profesores de la ESO son los que más dificultades tienen para innovar.