El anhelado desdoblamiento de la N-II

En los años 80 comenzó a gestarse el desdoblamiento de la N–II en las comarcas de Girona. La obra consistía, básicamente, en construir dos carriles por sentido que conformasen la A–2 para unir Madrid con el paso fronterizo de la Jonquera. Con los años, sin embargo, algunos tramos fueron terminados y otros, como el que nos ocupa, abandonados en el fondo de un cajón.

Más aún cuando el tramo entre Tordera y Girona tiene una Intensidad Media Diaria (IMD) de tráfico de cerca de 22.000 –de los cuales más de un 20 por ciento vehículos pesados– muy por encima de los 15.000 vehículos que se suele considerar como límite para justificar el desdoblamiento.

Así las cosas, no es de extrañar que en los últimos años el malestar entre los vecinos de los pueblos por los que la N–II es poco menos que la arteria principal haya ido en aumento. Especialmente, cuando el paso de camiones ha comportado trágicos accidentes de tráfico.

Alta siniestralidad

La siniestralidad de la carretera es muy elevada: catorce personas perdieron la vida y 22 resultaron heridas graves el pasado año. En 2011, la relación fue de trece muertos y 27 heridos de gravedad. Y sólo este año ya cuentan cuatro víctimas mortales. Según las cuentas de la Generalitat, en seis de cada diez accidentes se ve involucrado un camión.

Ante esta situación, el Govern decidió tomar cartas en el asunto y el pasado jueves prohibió el tráfico de vehículos pesados por los 80 kilómetros que discurren entre Maçanet de la Selva y La Jonquera. En concreto, la iniciativa afecta a los alrededor de 3.000 transportistas que diariamente circulan por esta carretera y prohíbe la circulación durante todo el año a los camiones de cuatro o más ejes, excepto aquellos cuya mercancía de transporte tenga origen o destino en las comarcas próximas a la mencionada carretera nacional. En consecuencia, la resolución obliga a utilizar la autopista de peaje AP–7, lo que supone a los transportistas pagar en cada trayecto de ida y vuelta 40 euros adicionales.

Esta iniciativa, sin embargo, se antoja como un parche que contenta a unos pocos y disgusta a la mayoría. Los vecinos de los pueblos afectados se felicitan por la desaparición de los camiones, pese a que el resto de vehículos sigan circulando por sus calles. Mientras, las asociaciones de transportistas e incluso las de hostelería claman por una solución real. Y esta sería el mencionado desdoblamiento. No en vano, en los últimos años, el Gobierno paró el tramo de la A-2 en Girona mientras desdoblaba varios tramos de la A-66 entre Gijón y Sevilla, también conocida como Ruta de la Plata, a pesar de tener IMD inferiores a los 5.000 vehículos diarios.

Pues bien, tras años de retrasos el Ministerio de Fomento licitó la semana pasada los contratos para la redacción de tres proyectos de desdoblamiento de la N–II en Girona; los tramos entre Tordera y Maçanet de la Selva; variante de Figueres y Pont de Molins, y Pont de Molins y La Jonquera. En el primer tramo, las obras incluyen la mejora de las características de ocho kilómetros de carretera y supondrán 18 millones de euros; el segundo tramo, de 10,7 kilómetros, el presupuesto estimado es de 35 millones, y en el tercero, de 8,4 kilómetros, es de 30 millones. La medida ha sido aplaudida desde todos los sectores. La memoria, sin embargo, no olvida los años de incumplimientos, de obras abandonadas y levanta un velo de incertidumbre en el desdoblamiento.

Once detenidos por robar cargas de camiones

Los Mossos d'Esquadra han detenido en tres actuaciones policiales a once personas por robos con fuerza en la autopista AP–7, donde presuntamente sustraían mercancía de camiones estacionados en áreas de descanso de la provincia de Girona. Según informó la Policía Autonómica, la mayoría de los arrestados son de origen marroquí. Están acusados de robar, entre otras cosas, material electrónico de los camiones y también frutos secos y ropa, según las mismas fuentes policiales.