Vivienda

El Ayuntamiento tiene contabilizadas a 538 personas viviendo en asentamientos urbanos

El gobierno municipal atribuye el aumento a las políticas migratorias de Francia e Italia

Buena parte de los asentamientos urbanos en Barcelona, un 30%, se ubican en el distrito de Sant Martí / Efe
Buena parte de los asentamientos urbanos en Barcelona, un 30%, se ubican en el distrito de Sant Martí / Efelarazon

El gobierno municipal atribuye el aumento a las políticas migratorias de Francia e Italia

En los últimos tiempos, cada vez son más las voces que cuestionan la polírica de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, respecto a los asentamientos urbanos. Por ello, el Ayuntamiento decidió poner ayer negro sobre blanco y explicar la situación de estos campamentos en Barcelona. Así, según los cálculos del Ayuntamiento, en la capital catalana hubo 68 asentamientos en 2017 que albergaban a 444 personas. En el primer trimestre de este año, el Ayuntamiento contabilizó 538 personas. Según la teniente de alcalde de Derechos Sociales de Barcelona, Laia Ortiz, este aumento, considerable si se tiene en cuenta que en 2013 había 28 asentamientos, se debe a los reagrupamientos familiares y a las políticas migratorias en Francia e Italia: «Las propias familias explican que hay un proceso de expulsión».

Así las cosas, las personas procedentes de Galicia y Portugal (gitanos romaníes) han pasado de 208 en 2014 a 130 en 2017, un descenso que también se ha producido entre el colectivo del África subsahariana, que ha pasado de 70 personas en 2014 a 44 en 2017, y del Magreb, que ha disminuido de 34 personas en 2016 a 25 en 2017. Por otro lado, el número de personas de Europa del Este en asentamientos ha aumentado de 135 en 2014 a 174 en 2017. No obstante, tal y como explicó Ortiz, la volatilidad de estos asentamientos es muy alta. Aparecen y desaparecen en un suspiro, por lo que los datos del Consistorio son medias anuales. Buena parte de estos asentamientos se concentran en el distrito de Sant Martí, un 30 por ciento, aproximadamente. ,

Según Ortiz, la volatilidad se se explica por los ciclos migratorios: «Antes recibíamos mucha población de origen subsahariano, y ahora tenemos mucha que llega de Europa del Este, sobre todo de Rumanía, Ucrania y otros países comunitarios». Los motivos de disolución de un asentamiento son diversos. No en vano, buena parte de esta población es de tradición nómada. Se dedican al cartón y la chatarra y, por tanto, se mueven en función del trabajo. El año pasado, por ejemplo, se crearon 56 asentamientos y se cerraron 46.

Para gestionar esta situación, el Ayuntamiento puso en marcha en 2012 el plan de asentamientos irregulares de Barcelona. Entones estaba formado por tres personas. Ahora son diez. En caso de que las familias acaben echando raíces, el Ayuntamiento intenta proveeles una vivienda pese a sus propias reticencias.