Barcelona

El boceto de la obra efímera de Joan Miró

La fundación del artista recibe el estudio preliminar que el pintor realizó para un mural en el Colegio de Arquitectos de Cataluña

Joan Miró, junto con su amigo Josep Maria Sert.
Joan Miró, junto con su amigo Josep Maria Sert.larazon

En 1969 tuvo lugar una de las acciones más destacadas en la carrera de Joan Miró en Barcelona. Ese año le dedicó una importante exposición el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), titulada «Miró otro». El pintor se implicó, no solamente con la organización de la muestra y con la cesión de obra, sino participando activamente al realizar una acción que se tradujo en una pieza efímera.

Ese trabajo vino precedido de un estudio previo, un boceto que desde ayer forma parte de las colecciones de la Fundación Joan Miró que lo ha recibido en donación. Los arquitectos Cristian Cirici, Pep Bonet y Lluís Clotet, socios fundadores de Studio PER, firmaron la donación de este dibujo preparatorio de la obra-acción.

Con «Miró otro» se buscaba la reivindicación de los aspectos más transgresores de la obra mironiana, una manera de responder a la que había sido la gran antológica del artista que se había inaugurado poco antes de finalizar 1968 en el Antiguo Hospital de la Santa Creu. Los responsables de nueva exposición habían logrado contar con el apoyo de amigos y colaboradores del artista, como Josep Llorens Artigas y Joan Prats, así como admiradores de su trabajo, como Antoni Tàpies y Pere Portabella. Este último recordaría que «se trataba de ofrecer un panorama de la obra de Miró, antes, durante y después de la guerra (1936-39). Denunciar la manipulación de la que era objeto Miró por el régimen durante el Año Miró declarado por el Ministerio de Información y Turismo en 1969 (murales por todas partes, lo querían nombrar miembro de la Academia...)».

En 1977, Miró le explicaba a Georges Raillard que «los jóvenes arquitectos querían hacer una exposición de choque, de ataque, lo contrario de la exposición oficial, antológica, que se hacía antes: el pintor de los museos. No fui a la inauguración oficial. Estaba en Barcelona, pero en el último momento dije que no estaría, para no encontrarme con las autoridades. Al contrario, para los jóvenes arquitectos yo estaba allí, y a las 3 de la mañana para que no hubiera gente, no era un espectáculo, pinté desde la acera. Después fuimos a tomar un café con leche y un cruasán para calentarnos un poco. Lo que me interesaba era el gesto instantáneo, sobre un fondo preparado donde había inscripciones en catalán a favor de la libertad de Cataluña».

En efecto, Joan Miró ejecutó la pieza efímera contando con la colaboración de los arquitectos fundadores de Studio Per, Pep Bonet, Cristian Cirici, Lluís Clotet y Óscar Tusquets, comisarios de la exposición. La intervención del artista tuvo lugar entre el 26 y el 28 de abril de 1969 para destruir la composición resultante después el 30 de junio del mismo año, coincidiendo con la clausura de la exposición.

A sugerencia del mismo Joan Miró, fueron los arquitectos quienes prepararon la vidriera con un fondo de color amarillo, rojo, azul y verde con mensajes en catalán a favor de la libertad de Cataluña. El pintor, con posterioridad, se encargó de aplicar negro para la conclusión del mural.

La espectacular pieza resultante medía 44 metros de largo y tenía unos 70 metros cuadrados de superficie pintada. Miró la borró el 30 de junio de 1969 a las doce del mediodía a golpes de escoba y disolvente. Tanto la ejecución de la pieza como su destrucción fueron documentadas por el cineasta Pere Portabella y los fotógrafos Francesc Català-Roca y Colita, y ampliamente seguidas por la Prensa de aquel momento.

Según informaron ayer la fundación barcelonesa, el esbozo, hecho con tinta y lápiz cera sobre papel, mide 15,5 por 176 centímetros y está formado por 21 partes.

En la firma de la donación que se celebró en la Fundación Joan Miró de Barcelona, Jaume Freixa, presidente, y Rosa Maria Malet, directora, agradecieron el gesto de generosidad de Cirici, Bonet y Clotet.