Salud

El cacao entra en la pirámide de la dieta mediterránea infantil

Médicos se rebelan contra la moda sin lactosa y reivindican la ingesta de leche, más «pilla-pilla» y menos youtube

Es importante mantener la ingesta de leche y el vaso de leche con cacao de toda la vida en el desayuno, la merienda o por la noche «es ideal», reivindica el doctor del CSIC, Javier Fontecha
Es importante mantener la ingesta de leche y el vaso de leche con cacao de toda la vida en el desayuno, la merienda o por la noche «es ideal», reivindica el doctor del CSIC, Javier Fontechalarazon

Médicos se rebelan contra la moda sin lactosa y reivindican la ingesta de leche, más «pilla-pilla» y menos youtube.

A Deborah le gustaba comer gominolas, patatas chips y ver dibujos en la televisión. Eso respondía a la doctora Margueritha Caroli, especialista en nutrición pediátrica, cuando iba a su consulta y le preguntaba qué le gustaba hacer. Deborah tenía ocho años y sus padres la llevaron al médico porque sufría sobrepeso, como tres de cada diez niños españoles. La doctora le recetó una dieta mediterránea: utilizar aceite de oliva; consumir cinco raciones a diario de fruta, verdura, legumbres o frutos secos; comer pan y cereales; dos raciones de leche yogur o quesos; otras dos raciones de carne a la semana; dos o tres de pescado, y de dos a cuatro de huevos. Aunque lo más importante era hacer ejercicio todos los días entre 30 y 45 minutos. Por eso, ayer en el Congreso Internacional de la Dieta Mediterránea qeu se celebra en el marco de Alimentaria, la doctora Caroli urgía los gobiernos a construir más parques infantiles, carriles bici y zonas peatonales en las ciudades y a los padres a jugar con sus hijos. En resumen, más pilla–pilla y menos youtube.

Porque cinco meses después de introducir la dieta mediterránea en su vida, cuando la doctora volvió a preguntar a Deborah qué le gustaba, ella respondió: «Bailar, cantar y jugar con mis amigos». Había perdido 4 kilos.

Pese a que el Mediterráneo baña la costa de media Península Ibérica, España es el país de la Unión Europea con más niños obesos y con sobrepeso. uno de cada diez es obeso y dos de cada diez tiene sobrepeso, alerta el doctor Jesús Argente, pediatra de la Universidad Autónoma de Madrid. Los datos son algo superiores en adolescentes, sobre todo, entre las chicas, constata. En los últimos cuatro años las cifras de sobrepeso se han reducido tres puntos porcentuales, gracias a la implicación de escuelas, cáterings y máquinas de comida y bebida. Aunque en los últimos años, la cifra de niños gordos no ha crecido, a Argente le preocupa que «cada vez nos parezcamos más a los Estados Un idos».

La leche es buena y necesaria

«La gente come mas carnes procesadas, no duerme bien y no mueve un dedo», alertó su colega y profesor de la Universidad Rovira i Virgili, Jordi Salas-Salvadó, que defendió las propiedades del yogur en la dieta mediterránea y en la salud, en una sesión sobre el cacao y los productos lácteos en la infancia, junto a los doctores del CSIC, Sonia de Pascual-Teresa y Javier Fontecha.

La primera dio una muy buena noticia a los niños y no tan niños: el cacao entra en la pirámide nutricional de la dieta mediterránea. ¿Cómo, si Hernán Cortés lo trajo en 1528 a España de América Central y el 90 por ciento, a diferencia del tomate o las judías, que también vienen del trópico, se cultiva entre África y América del Sur? Pues porque tiene polifenoles y un alto contenido en minerales y antioxidantes. Resulta que los polifenoles, además de mejorar la memoria, proteger la piel, disminuir la fatiga, el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y cáncer, también se encuentran en el vino, el aceite de oliva y los frutos secos, tres productos muy mediterráneos.

La doctora De Pascual-Teresa explicó que tomar cacao en la infancia «puede ayudar a prevenir problemas neurológicos de adultos». A diferencia de lo que dicen las muchas leyendas urbanas, la mejor manera de aprovechar los beneficios del cacao es tomarlo disuelto, con un vaso de leche. Los doctores Fontecha y Salas-Salvadó se rebelaron contra las dietas sin lactosa y las falsas noticias que en Google relacionan la leche con el cáncer o los mocos. «Hace 10.000 años que tenemos el gen mutado que nos permite metabolizar la lactosa», explicó Fontecha, que alertó de que «cuanto menos lactosa consumimos, menos encimas producimos, por lo que esta moda puede generar una población intolerante». Un objetivo es revisar la dieta mediterránea.