Teatro

Barcelona

El furor vitalista de «Dirty Dancing» llega al Tívoli

El montaje ha vendido más de 55.000 entradas antes de iniciar su aventura en Barcelona y casi no quedan entradas.

Amanda Digón y Christina Sánchez protagonizan el musical
Amanda Digón y Christina Sánchez protagonizan el musicallarazon

El montaje ha vendido más de 55.000 entradas antes de iniciar su aventura en Barcelona y casi no quedan entradas.

¡Que levante la mano quien no haya visto «Dirty Dancing»!. ¡¡Que levante la otra quien no la querría volver a ver, pero en teatro, en directo, con los actores a pocos metros!! Ahora mismo, hay más de 55.000 personas que tienen las dos manos levantadas, y orgullosos y excitados, sin ningunas ganas de bajarlas hasta el día de la función. La versión teatral de la célebre película interpretada por Patrick Swazye y Jennifer Grey está batiendo todos los récords de preventa antes de su estreno en Barcelona, demostrando el impacto emocional que causó el musical en su momento. Quien tenga las dos manos levantadas y todavía no tenga entradas, que corra, porque ya quedan muy pocas.

El Teatre Tívoli acoge esta noche el estreno de esta adaptación tan fiel a la original que da hasta vértigo. Las funciones se alargarán hasta el 12 de marzo, pero con casi todo vendido se han tenido que añadir y doblar funciones, incluso se ha puesto a la venta entradas para cuando el montaje regrese el próximo diciembre. 30 años después del estreno de la icónica película, está claro que muchos ansiaban revivir otra vez la historia de amor entre el carismático bailarín Johnny Castle y la ingenua Baby, en ese club de verano de principios de los 60 en la que ella perderá la inocencia y descubrirá el amor, el sexo y el baile. «Es un reto maravilloso, pero un arma de doble filo, porque es una película que marcó a varias generaciones y sabemos que las comparaciones están ahí. Sin embargo, el público es muy agradecido, muy receptivo y entusiasta, desde el principio», comenta Amanda Digón, joven actriz de 23 años que se pone en la piel de Baby, en su primer papel protagonista.

Por su parte, Christian Sánchez es Johnny, aquel tipo duro de corazón de oro que sobrevivía como podía como animador y profesor de baile en el «resort» de verano. «Es un personaje complejo, muy atractivo y la responsabilidad es no decepcionar las expectativas. Es una persona tierna que se encierra en una máscara para poder sobrevivir, pero con una determinación y fuerza excepcionales», asegura Sánchez, que agradece no tener que cantar en el montaje para centrarse en la interpretación dramática de su personaje.

Las escenas se repiten una tras otra, en una inteligente adaptación que obvia cualquier tentación de abusar de pantallas y montaje audiovisual para acercarse más a la esencia de la historia. Nadie echará en falta ninguno de los números musicales clásicos, ni siquiera el icónico salto del ángel final, al ritmo de «The time of my life». «Ha sido muy complicado conseguirlo. No aconsejo que nadie lo intente si no es en la playa o en una piscina. Hace falta mucho esfuerzo y coordinación», asegura Sánchez, que reconoce haber tenido momentos de frustración durante los ensayos. «Aunque lo más importante es la confianza en el otro, no tanto en la fuerza», añade Digón.

El mayor reto, confiesan los dos, es que el público vuelva a emocionarse con algo que saben de memoria, conseguir que tengan la sensación de verlo por primera vez. «No quise volver a ver la película cuando me hablaron del proyecto. Tenía miedo que me limitase a imitarlo. Lo que intento es reaccionar a lo que pide la historia y que las motivaciones de mi personaje vuelvan a transmitir lo mismo. Es una historia universal y sigue enamorando», concluye Sánchez.