El desafío independentista
El Govern anima a los funcionarios a pedir fiesta para arropar a Mas
Meritxell Borràs pide a los empleados públicos que apoyen al ex president en su juicio por el 9-N.
Meritxell Borràs pide a los empleados públicos que apoyen al ex president en su juicio por el 9-N.
La ofensiva independentista sigue imparable y sin reparos. El último episodio que lo ha demostrado ha sido el intento de involucrar a los funcionarios, voluntad que además ha partido del Govern. La consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, instó ayer a que los empleados públicos pidieran fiesta en el trabajo el 6 de febrero para ir a apoyar al ex presidente, Artur Mas, que tiene juicio por el 9-N. «Vería bien que cogieran un día de asuntos propios para ir a apoyarle e incluso necesario», dijo Borràs en el Parlament.
Hasta el momento la consellera se había limitado a animar a los funcionarios a que se tomaran el día festivo en el marco de la campaña que han impulsado las entidades independentistas para que la gente «sacrifique» un día de sus vacaciones y acuda a movilizarse ante las puertas de los tribuanles en el juicio a Mas. Pero en esta ocasión, redobló el desafío e introduzco el matiz de que lo ve «necesario». Todo ello lo escudó en la participación de los sindicatos en el Pacto Nacional por el Referéndum, la confluencia de entidades y partidos que están a favor del derecho a decidir. De esta manera también, el Govern pone la espalda en alto de cara al enfrentamiento que va a librar ante el Estado con el papel de los funcionarios en la organización del prometido referéndum de septiembre.
Borràs se pronunció en este sentido para contraargumentar a C’s. Según ella, el líder naranja, Albert Rivera, ha pedido al Gobierno que actúe de forma preventiva avisando a los empleados públicos por carta sobre qué deben hacer ante una consulta y así que no se repita el escenario del 9-N. Borràs trató de enmarcar sus palabras y el debate en el seno de lo que denuncia es una «campaña del miedo» por parte del gobierno español y C’s: «Ustedes usan a los trabajadores públicos como herramienta política e intentan propagar el discurso del miedo». Y más allá del fondo de la cuestión, la consellera se mostró desafiante ante el diputado de C’s, José María Espejo-Saavedra, que tachó de «vergonzoso» que Borràs defienda algo así. «Y si no le gusta o le escandaliza, me sabe mal, pero es así», advirtió la titular de Gobernación.
Con este nuevo gesto, el proceso independentista da una muestra más de una forma de actuar que los partidos de la oposición ya no pasan por alto: el uso descarado de las instituciones para su causa. Y es que el pasado martes, con motivo del viaje a Bruselas de Puigdemont, Junqueras y Romeva, el diputado del PSC, Ferran Pedret, cuestionó el acto por ser organizado por partidos políticos pero contar con apoyo institucional. «Es bastante extraño que un acto convocado con logotipos de determinadas formaciones, después tenga publicidad institucional en la prensa», se preguntó Pedret, que trazó un paralelismo con etapas anteriores. «Están reeditando la práctica de la CiU de Pujol en los años 80 y 90 de confundir entre partido e institución», reprochó el diputado socialista.
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