El Govern evidencia la manipulación en la educación catalana

«Amb il·lusió», la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, dio ayer la bienvenida al nuevo curso escolar rodeada de alumnos, los de la escuela Les Corts en Barcelona que visitó en el primer día clase, y profesores. La consellera se atrevió a jugar con los más pequeños en el patio convencida de que «la ola de ilusión» que vivió Cataluña con la cadena humana independentista del 11 de septiembre «da una dimensión especial a este curso».

Para Rigau, «si el hecho de ayer era importante, el hecho de hoy también tiene un gran valor». Y es que, la función de la escuela es «dar un sentido de pertenencia, dar el conocimiento y la cultura que transmitimos de generación en generación y que actualizamos», declaró previamente a los micrófonos de Radio 4. Llamó a «esa normalidad que durará cerca de 170 días, en la que niños y adolescentes se rencuentran con la institución para poder ser adultos responsables».

Más alumnos, misma plantilla

La educación, no obstante, debe hacer frente a 20.000 estudiantes más que el año pasado (en total, 1.530.197) con la misma plantilla de docentes (63.962) e instalaciones insuficientes o desfasadas. Dicho de otra manera, cada clase acoge dos alumnos más que el año anterior, aunque, según denuncian los sindicatos, desde que se inició la crisis el número estudiantes ha aumentado en 200.000, mientras que la cifra de profesores ha descendido en 3.000. Y todo ello, tratando de dar mantener la calidad de la enseñanza y asumiendo nuevos proyectos.

Un centenar de colegios se someterán a lo largo de este curso a una auditoría pedagógica que determinará qué aspectos deben mejorarse para combatir el fracaso escolar. Además, entre otras iniciativas, Enseñanza ha puesto en marcha un Plan Intensivo de Mejora en primero de ESO que supone dar a grupos de diez alumnos que no siguen el ritmo adecuadamente cuatros horas de refuerzo en Matemáticas, Catalán y Castellano. «Nuestra intención es que el alumno que tenga dificultades encuentre ese apoyo que le permita salir adelante», dijo la consellera.

Barracones y becas

Especialmente contentos comenzaron el cole los alumnos del CEIP Mediterránea. No es para menos. Porque a parte de volver a ver a los amigos, y tras años compartiendo pupitre en barracones, ayer estrenaron el edificio que los acogerá cada mañana de ahora en adelante. En otros puntos de Cataluña, no ocurrió lo mismo. La cifra de módulos prefabricados instalados por el retraso en la construcción de nuevas instalaciones y del mantenimiento de otras ha aumentado este curso y suman ya 1.008.

La escuela El Bosc de la Pabordia, en Girona, inició las clases sin los barracones a punto, y familias de Caldes Montbui, Deltebre y de la comarca de la Alta Ribagorza realizaron protestas por las pésimas condiciones en las que se educan sus hijos. También reclamaron becas comedor, aunque sobre este aspecto Enseñanza se ha comprometido a responder a las necesidades para que ningún niño pase hambre.

Precisamente, la paralización del acondicionamiento de las infraestructuras, la búsqueda de nuevas fuentes de financiación como las diputaciones que asumirán costes que hasta ahora cubría la Generalitat y los ajustes de plantilla, permiten a Enseñanza hacer frente al nuevo curso con «normalidad» para los estudiantes pese al recorte presupuestario, que a día de hoy, con los presupuestos de 2012 prorrogados, no ha sido concretado por la Generalitat.