Novela

El grito español de las cruzadas

El escritor Francisco Narla gana el primer Premio Edhasa de Narrativas Históricas

El gallego Francisco Javier Fernández utiliza el pseudónimo Francisco Narla
El gallego Francisco Javier Fernández utiliza el pseudónimo Francisco Narlalarazon

El escritor Francisco Narla gana el primer Premio Edhasa de Narrativas Históricas.

La paleta de la historia es tan amplia que, en manos de un artista aficionado, el cuadro puede salir... pues un espanto. Sin embargo, en manos más sabias, de un artista avezado, el juego creativo es tan avasallador que el resultado será siempre hpnótico, euforizante y arrasador. La novela histórica tiene esta dicotomía. Por un lado están esos artistas aficionados que hacen de la narración un pastiche kitch tan horrible como aburrido. Son la mayoría, los que se apuntan a las modas y ponen la mala fama a toda obra de género. Sin embargo, siempre habrá los escritores que parecen escribir con chistera y que se sacan de la manga auténticos trucos de magia que dejan a todo lector con la boca abierta. En España hay algunos de estos prestidigitadores históricos y Francisco Narla (Lugo, 1978) es uno de ellos.

Francisco Javier Fernández Vázquez, que utiliza el seudónimo de Francisco Narla, obtuvo ayer el primer Premio Edhasa Narrativas Históricas por «Laín. El bastardo», una novela que «atraviesa la convulsa historia de España y de parte del mundo conocido a lo largo del siglo XIII», según aseguró ayer el prestigioso jurado.

El presidente del mismo, Santiago Posteguillo, destacó en el acto de proclamación y entrega del galardón «la calidad de la escritura y de la trama» de esta obra, que narra la historia de un bastardo que emprende un largo viaje para conseguir el reconocimiento de su padre, que se perdió en las cruzadas.

Este nuevo premio, dotado con 10.000 euros, ha sido creado este año por Edhasa con motivo del cuarenta aniversario de Narrativas Históricas, la primera colección en el mercado español sobre género histórico de ficción, según recordó durante el acto de entrega del premio el editor, Daniel Fernández.

Francisco Narla combina su labor de escritor con la de comandante de línea aérea y ha publicado varios relatos, poesía, ensayos técnicos y artículos. En 2009 vio la luz su primera novela «Los lobos del centeno», y, desde entonces, ha escrito «Caja negra», «Assur», «Ronin» y «Donde aúllan las colinas».

Su nueva y premiada novela, «Laín. El bastardo» arranca en Galicia, lugar de nacimiento del protagonista, y recorre los Pirineos, Venecia y Palestina, hasta llegar a las lejanas tierras de Mongolia. «Es una novela de aventuras con trasfondo histórico en la que recupero un tema poco conocido: la presencia de los españoles en las cruzadas», señaló ayer el autor. La búsqueda de un tema histórico poco conocido hermana esta novela con las anteriores «Assur», sobre la invasión vikinga a la Península, y «Romi», sobre la presencia de samuráis en Sevilla.

Una historia diferente

A diferencia de las anteriores, esta historia es «más femenina», según el autor, porque habla de la relación de Laín con su padre «pero también de una conexión padre-hija» sobre la que no quiso avanzar detalles. Además de «amor, sexo y venganza», ingredientes necesarios en toda novela de aventuras, según Francisco Narla, «Laín. El bastardo» también habla «de cetrería, porque el protagonista es halconero, de Templarios que comercian ilegalmente con reliquias y de la secta hashsashin, de donde viene la palabra asesino».

El texto, que llegará a las librerías el próximo 5 de marzo, ha sido galardonado con el Premio Edhasa Narrativas Históricas en una primera edición a la que se han presentado un total de 414 obras, «una cifra enorme», según Daniel Fernández, que tiene previsto publicar también alguno de los finalistas «porque son muy buenos y la deliberación del jurado ha estado muy reñida».

La histria demuestra así ser un verdadero caldo de cultivo de emociones, todo lo que en realidad busca un lector, esa palabra mágica que lo lleve a un lugar tan lejano e irreconocible que lo acerque paradójicamente más a uno mismo. Esa es la auténtica magia de la literatura de género, sea cual sea, y a la que la convención realista y costumbrista no será nunca capaz de llegar. Es como mirarse al espejo. Por muy parecido a tí que creas que es lo que estás mirando, sólo es un reflejo invertido, o sea deformado. La palabra mágica de la novela histórica, negra o fantástica sí que te hace viajar hacia to verdadero reflejo.