El desafío independentista
El independentismo se desploma en el primer aniversario de la DUI
La ANC y los CDR son incapaces de movilizar y sólo Torra y Puigdemont reivindican la efeméride
La declaración de independencia no parece despertar el mismo apego entre el independentismo que el 1-O. Así se ha podido constatar a lo largo de estos doce meses, en los que el 27-O se ha reivindicado en mucha menor medida que el referéndum ilegal y se confirmó ayer, con motivo del aniversario de la DUI, que dispuso de una descafeinada conmemoración. Quim Torra dirigió un mensaje institucional a los catalanes, en el que asumía la dificultad de hacer efectiva la ruptura con el Estado, y Carles Puigdemont escogió el día para la puesta de largo de su nuevo movimiento político, la Crida Nacional per la República, pero el resto del independentismo pasó de puntillas por la efeméride. La CUP se limitó a emitir un comunicado en el que abogaba por un nuevo «ciclo de movilizaciones» y ERC circunscribió su actividad a la proclamación oficial de Ernest Maragall como alcaldable de Barcelona. La sociedad civil, que tuvo la oportunidad de demostrar su fuerza con actos organizados por la ANC y los CDR, tampoco se echó a la calle.
Aunque no ayudara la jornada, desapacible y pasada por agua, el separatismo dio ayer claros síntomas de desánimo, que se suman a las evidentes muestras de indignación del 1 de octubre. Para paliar, precisamente, la ausencia de avances en la construcción de la república catalana, la ANC impulsó una protesta descentralizada –en diferentes ciudades de Cataluña– que reclamó al Govern y al Parlament que publiquen en el BOE catalán la declaración de independencia –de hecho, se llamaba a que la gente acudiera rellenara un documento oficial para exigirlo– como punto de partida para la materialización de la ruptura con el Estado, pero la iniciativa se quedó en una movilización mínima. La presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie, reclamó la unilateralidad como vía «más realista» para alcanzar la independencia y para ello reclamó al Govern prepararse para este escenario. Eso sí, lo que también exigió fue la reconstrucción de la unidad para poder entablar una estrategia compartida. «Que no estábamos preparados el año pasado es evidente», afirmó, en una clara autocrítica.
Los CDR, que se manifestaron por la tarde, tampoco lograron reunir una gran suma de gente. Se concentraron en la Plaza Sant Jaume, delante del Palau de la Generalitat. La autocrítica que trazó Paluzie coincidió poco antes, aunque de forma mucho más tímida y velada, con la que hizo el president, que reconoció que «este año no ha transcurrido» como pretendía el independentismo. En este sentido, comparó la situación de Cataluña con la de otros países que lograron la independencia anteriormente y reconoció que, entre la proclamación y la materialización, siempre discurre «un periodo difícil».
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