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El PP asegura que Barcelona pasará a ser una «ciudad sin ley» con Colau

Los populares ponen en duda el modelo de seguridad del nuevo gobierno

El líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, con efectivos de la Guardia Urbana
El líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, con efectivos de la Guardia Urbanalarazon

La victoria de Ada Colau en la pasadas elecciones municipales dejaba entrever que la relación entre el Ayuntamiento y la Guardia Urbana no sería fácil. Colau se había mostrado muy crítica con el cuerpo policial a raíz de, por ejemplo, el 4F y los casos de torturas. Y sus primeras medidas como alcalde no han ayudado a serenar los ánimos. Pese a mantener al máximo responsable del cuerpo, nombrado por Xavier Trias, el anuncio de reformar toda la estructura de la Guardia Urbana. Así que sólo era cuestión de tiempo que saltaran las primeras chispas.

En este contexto, el presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, calificó de «jauja», en referencia a la reforma estructural, el nuevo modelo que quiere implantar Colau. A su juicio, el líder popular afirma que generará «un efecto llamada» de los incívicos y que Barcelona pasará a ser una «ciudad sin ley».

Pese a que el Ayuntamiento, más allá de comentar sus intenciones, no ha concretado ni un solo aspecto del nuevo modelo, el popular considera que los cambios beneficiarán a «delincuentes, incívicos y antisistema». Alberto Fernández considera que Barcelona, con Colau, «ha bajado la guardia» y podría convertirse en una «ciudad sin ley ni ordenanzas». Lo atribuye también a que la alcaldesa haya reducido las horas extras de los agentes de la Guardia Urbana después de que Trias, días antes de concluir el mandato, hubiera incrementado el precio para equipararse a las de los bomberos, un aumento que desde del gobierno ya se ha calificado como «inasumible». El PP, pese a la ausencia de datos oficiales, cree que esta decisión ha tenido ya como consecuencia una subida de los delitos y faltas, y mucha más presencia de manteros en las calles.

Para Fernández Díaz, no es bueno tampoco que se modifique la ordenanza de civismo, como ya apuntó Colau, a fin de flexibilizar algunos puntos, sobre todo en relación con la cuantía de las multas.

Lo cierto es que al margen de la nueva estructura, la Guardia Urbana y el Ayuntamiento vivieron un nuevo encontronazo el fin de semana pasado con motivo del festival Sonar. En pleno servicio, recibieron la orden inesperada de retirar a los agentes de paisano con lo que eso suponía para la seguridad y el menudeo.