Financiación autonómica

El PP avisa a Mas que debe centrar el diálogo con Rajoy en la financiación

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y el portavoz del partido, Enric Millo
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y el portavoz del partido, Enric Millolarazon

Aunque el gobierno catalán vele por la discreción, ha movido hilos para cerrar una reunión entre Mariano Rajoy y Artur Mas, si no en agosto, a la vuelta de las vacaciones. Después de hacerle llegar una carta para pedirle formalmente que se abra a dialogar la convocatoria de una consulta, Mas quiere hablar con el presidente del Gobierno sobre su proyecto soberanista.

El PP no cierra la puerta a una reunión, pero para negociar sobre una mejora de la financiación, nada de hablar de consultas, tema en que «no hay negociación posible», aseguró ayer Alicia Sánchez-Camacho. La presidenta del PP catalán, cómoda en su papel de interlocutora entre ambos ejecutivos, tendió la mano al Govern para facilitar una negociación con Rajoy para acordar un nuevo modelo de financiación.

Tras conocer que el Ejecutivo quiere limitar el déficit de todas las Comunidades Autónomas al 1 por ciento en 2014, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, estimó que para cumplir con el objetivo deberá ahorrar 1.700 millones más en 2014 –500 millones de los cuales por la reducción de ingresos a cuenta del sistema de financiación– aparte de 2.600 millones este año. Como recortar más sin desestabilizar el estado de bienestar es «imposible» y el margen para subir impuestos está agotado, Mas-Colell pretende cumplir el objetivo del 1 por ciento de déficit obteniendo más ingresos. ¿Cómo? Exigiendo las «deudas» de la adicional tercera de Estatut y negociando una nueva financiación.

Si bien es cierto que el actual modelo caduca este año, el Gobierno quería retrasar su reformulación hasta 2015 para vincularlo a su reforma fiscal. Pero apelando al refrán de que «hablando se entiende la gente», la presidenta del PP catalán invitó a Mas a mantener reuniones y contactos «intensos y discretos» con Rajoy con la intención de llegar a un acuerdo para reformular el sistema de financiación vigente. Sánchez-Camacho defiende que «sería la solución a los actuales problemas de los catalanes», pero pone como condición al convergente que aparque el proyecto soberanista para negociar.

La popular, que da por hecho que la respuesta del Gobierno será un «no» a negociar la consulta, insistió en que el acuerdo de una nueva financiación que corrija los desequilibrios actuales «sería positivo para los catalanes preocupados por el desafío soberanista». Pero ERC presiona a Mas para que no caiga en lo que considera como una «trampa». Oriol Junqueras advirtió al presidente de la Generalitat que no se fíe. Los republicanos, de hecho, quieren acelerar la consulta soberanista después de conocer el objetivo de déficit marcado por el Gobierno del 1,58 por ciento.

En un intento de presionar al Gobierno, el vicesecretario general de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas, advirtió de que «por cada "no"de Madrid, el proceso soberanista gana legitimidad».