Pintura
El primer arte de la calle
El Museu del Disseny acoge la exposición «El boom de la publicidad», con obras de 1890 a 1950
En 1881 abría en la la calle Xuclà con Las Ramblas los almacenes El Siglo, el primer centro comercial de Barcelona, un espacio donde encontrar cualquier producto y no perder el tiempo. Se abría así una nueva era del consumo y, con ella, una nueva manera de anunciarse.
En 1881 abría en la la calle Xuclà con Las Ramblas los almacenes El Siglo, el primer centro comercial de Barcelona, un espacio donde encontrar cualquier producto y no perder el tiempo. Se abría así una nueva era del consumo y, con ella, una nueva manera de anunciarse. El arte se apoderaba de la publicidad con dibujos de una belleza clásica que hacían las delicias de la gente. Tanto es así, que ir a los almacenes El Siglo era lo más parecido a que muchos barceloneses visitasen un museo.
Estamos a finales del siglo XIX y el modernismo se ha apoderado del imaginario colectivo. Los hombres y mujeres de la época trabajan muchas horas y regresan a casa cansados, sin ánimo. Y, sin embargo, miran los escaparates, los carteles, los postes y ven dibujos de Ramon Casas, Utrillo, Alfons Mucha, o incluso mejor, de Géza Géza Zsolt, Gaspar Camps o Rafael de Penagos y por primera vez entran en contacto con el gusto y la belleza. El arte de la calle no es todavía unos jóvenes descarriados haciendo graffitis en un vagón de metro, sino la posibilidad de la gente de poder admirar obras maestras mientras caminan cansados camino a casa.
Estas primeras obras de arte de la calle, de auténtico arte social, pues educan a la sociedad, son los protagonistas de la exposición «El boom de la publicidad. Reclamos de hojalata, cartón y azulejo 1890-1950», que hasta el 31 de marzo acoge el Museu del Disseny. En total, son unas 250 piezas de anuncios míticos como las galletas María Artiach, los limpiametales Netol, los cavas Freixenet, los caldos Gallina Blanca o la bebida de naranja Orange Crush. «Era una publicidad más ingenua, si se quiere, no tan profesional y estudiada al milímetro como ahora, toda realizada a mano buscando la belleza más que conquistar a un público determinado», asegura Pilar Vélez, comisaria de la exposición y directora del museo.
Hojalata de Badalona
La exposición demuestra que Barcelona fue desde mediados del siglo XIX una ciudad pionera en todo el mundo en cuanto a la publicidad se refiere. A través de las diferentes piezas, organizadas por materiales, de las figuras de cartón recortables a las placas de hojalata, pasando por las cerámicas, en la Ciudad Condal se experimentó con todo tipo de materiales y soportes para poder atrapar al confiado consumidor. «Podemos ver anuncios que hoy serían políticamente incorrectos, como un grupo de niños armados con palos, ladrillos y pistolas persiguiendo a un perro que se ha escapado con su tableta de chocolate», afirma Vélez.
Las diferentes piezas que forman la muestra se deben al Museo de Manises (Valencia) y a la colección particular del barcelonés Mateu Llinàs, quien lleva más de 40 años interesado en este otro tipo de arte urbano. «He llegado a reunir 3.000 piezas de todo tamaño. Cuando era pequeño, iba a veranear al pueblo de mis padres, donde en la fahcada de las casas había unas latas que anunciaban seguros del hogar. Siempre estaban oxidadas y enmohecidas y no se veían bien. Hasta que un día me topé con una intacta y su esplendor me despertó un interés que sigue hasta hoy», afirma Llinas.
La muestra abre un viaje en el tiempo que lleva a los jóvenes millenials a una época arcana, pero que abre también lugares en la memoria para todos aquellos que vivieron aquellos años, los años del Rhum Negrita, el papel de fumar Gol, con una de las mujeres que inmortalizó el artista húngaro residente en Barcelona Géza Géza Zsolt, o los niños de Albada, fábrica de jabones de calidad. Todo un lujo.
Museu del Disseny. Pl. de les Glòries, 37. Barcelona.
Cuándo: Del 14 de diciembre al 31 de marzo.
Cuánto: Consultar cartelera.
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