Barcelona
El primer Masats
Una exposición recupera la obra inicial de uno de los indudables grandes nombres de la fotografía catalana
Ana Mas Projects presenta una exposición necesaria para conocer mucho mejor a uno de los grandes gigantes de la fotografía catalana, uno de esos nombres que representan una manera de mirar tras la cámara.
Ana Mas Projects presenta una exposición necesaria para conocer mucho mejor a uno de los grandes gigantes de la fotografía catalana, uno de esos nombres que representan una manera de mirar tras la cámara. «Ramón Masats 1953-1965. Años de juventud», comisariada por Laura Terré, recoge 61 de las fotografías del maestro Masats. La muestra quiere ir más allá de una de las imágenes más reproducidas dentro de la obra del fotógrafo: el partido de fútbol protagonizado por unos religiosos.
Los temas que busca el artista son los que tiene más a mano, haciendo todo un arte de su aproximación a lo cotidiano. La exposición enfatiza este hecho, este juego con la realidad en la que tenemos puertas a medio pintar o las sombras de un bordillo. Todo ello en un contundente blanco y negro que hace que parezca más contundente el retrato que Masats nos deja de la España que empieza a salir de lo más oscuro de la posguerra, de un tercer mundismo bochornoso.
Masats, tal y como se plasma en Ana Mas Projects, se convierte en un firme partidario del reportaje y se acerca con su objetivo a las calles de Barcelona, tanto las que aparentemente parecen más luminosas, como Las Ramblas, a las más oscuras, a las que pueden ser una buena metáfora del tiempo que le ha tocado vivir.
De hecho, algunas de estas imágenes formaron parte de la exposición colectiva Terré-Miserachs-Masats realizada en la Agrupació Fotogràfica de Catalunya en 1957. Son imágenes que el mismo autor califica como «fotografías no figurativas», una excusa con la que poder adentrarse en el terreno del estudio de volúmenes, luces y principios de composición, todo un conjunto de propuestas que trasladará al reportaje. Sin embargo, sería injusto calificar estas obras como un ejercicio, como un banco de pruebas, porque en ellas ya se vislumbra la gran calidad de Ramón Masats.
Otra de las características del fotógrafo es su comunión con la espontaniedad. Estamos muy lejos de encontrarnos con imágenes preparadas, con una naturalidad fozada para alegrar la retina de los espectadores. Masats se apoya en la expresividad, en los pequeños detalles, en la ironía y en la improvisación de los modelos que aparecen en estas imágenes de gran formato.
Una excelente oportunidad para conocer a un autor imprescindible.
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