Francia

El segundo violador del Eixample saldrá libre tras una castración química

Alejandro Martínez Singul, el segundo violador del Eixample, saldrá el jueves de la cárcel tras someterse voluntariamente a la terapia de inhibición del deseo sexual.

Alejandro Martínez Singul, el segundo violador del Eixample, saldrá el jueves de la cárcel tras someterse, voluntariamente, a la terapia de inhibición del deseo sexual o castración química, y tras haber cumplido íntegramente su última condena de más de 3 años por intentar abusar de una niña de 12 años.

Fuentes judiciales han informado a Efe que Martínez Singul, que en 1993 ya fue condenado a 65 años de cárcel por diez violaciones y otros cuatro intentos, no ha tenido ningún permiso carcelario durante su estancia en la prisión para evitar que se diera a la fuga o reincidiera y ha seguido un tratamiento psicosocial "intensivo"e individual para intentar evitar la comisión de nuevos delitos sexuales.

Martínez Singul ha participado durante los últimos meses de manera individual en un programa psicosocial "para el control de la agresión sexual"y los responsables penitenciarios le recomendaron acogerse al "programa de tratamiento farmacológico como coadyunvante al delito de agresión sexual", la conocida periodísticamente como la "castración química".

El violador aceptó la propuesta y, según las mismas fuentes, desde hace meses toma fármacos (pastillas) que inhiben sus deseos sexuales, además de seguir terapia psicológica para intentar controlar su conducta, impulsos y fantasías sexuales.

No obstante, los expertos no consideran que el preso esté rehabilitado y temen que la salida de prisión de este violador reincidente cause un revuelo social que le impacte negativamente y tenga "riesgo de desestabilización", según fuentes judiciales.

Tanto la fiscalía como los Mossos d'Esquadra han sido alertados de la excarcelación del violador.

Martínez Singul fue condenado en 1993 a 65 años de cárcel por diez violaciones y otros cuatro intentos, que siempre cometía asaltando a sus víctimas en los rellanos o en el ascensor de sus viviendas en la zona del Eixample barcelonés.

Salió de prisión en 2007 sin que se le considerara rehabilitado tras cumplir el máximo de 16 años de pena que le correspondían de acuerdo con el antiguo Código Penal.

Su puesta en libertad abrió un debate jurídico sobre las medidas que se deben adoptar ante violadores y asesinos reincidentes.

De hecho, desde que obtuvo la libertad definitiva, Singul protagonizó nuevas agresiones sexuales: en junio de 2008 fue detenido en su domicilio de Cardedeu (Barcelona) y extraditado a Perpiñán (Francia), donde cumplió nueve meses de prisión por exhibicionismo ante una escolar en esa población francesa.

En junio de 2010, la Audiencia de Barcelona condenó a tres años y nueve meses de cárcel a Alejandro Martínez Singul por su último intento de violación a una niña de doce años, cometido mientras estaba en libertad provisional.

En su sentencia, la sección décima de la Audiencia le condenó por un delito de agresión sexual y otro de robo con intimidación, ambos en grado de tentativa, y le impuso la prohibición de acercarse al domicilio o escuela de la víctima durante diez años y el pago de 3.000 euros de indemnización.

El tribunal condenó a Singul por la "valiente", "coherente", "contundente"y "estremecedora"declaración de la menor, que explicó cómo el procesado la siguió hasta su casa, se coló en el ascensor y, tras amenazarla diciéndole que llevaba una pistola en el bolsillo, le pidió que le entregara sus pertenencias y, en repetidas ocasiones, le exigió que se bajara los pantalones.

Posteriormente, según el fallo, Singul "la agarró fuertemente por la cintura con un brazo, apostándola hacia sí", aunque salió corriendo al oír ruido en la puerta principal del inmueble, no sin antes dirigirse a la niña para advertirle: "no digas nada".

El tribunal aplicó en su condena la agravante de reincidencia cualificada y recordó que Martínez Singul fue condenado en 1993 por por agredir sexualmente a 17 menores, niñas de entre diez y quince años, en la entrada de los inmuebles que habitaban, tanto en el rellano como en el ascensor.

No obstante, rebajó en dos grados la pena a imponer al "segundo violador del Eixample"por considerar que, en ambos delitos, la tentativa fue "inacabada".